Garcilaso de la Vega, Epístola a Boscán, editada por Eugenia Fosalba. En: Soledad amena. Edición crítica y digital de la obra poética de Garcilaso de la Vega, dir. E. Fosalba, Pronapoli, 2024. <https://pronapoli.com/soledadamena/epistolaBoscan>. [Fecha de consulta]
Garcilaso escribió esta epístola, dirigida a su gran amigo Boscán, a la vuelta del viaje por la posta que llevó a cabo partiendo de Nápoles, a mediados de agosto de 1534, para informar al Emperador de los destrozos de Barbarroja en la costa de Calabria, entre otros muchos detalles del tablero geopolítico italiano. Hubo de ser recibido en Palencia el día 4 de septiembre (véase al respecto el estudio y edición del informe secreto que Garcilaso entrega al Emperador al llegar a Palencia, con numerosos detalles sobre la jornada, en Fosalba y Nievas 2022). Adalid Nievas calculó, por su parte, en un artículo anterior (Nievas 2021), la vuelta a través de Barcelona, donde Garcilaso pudo visitar a su amigo y ver la reciente publicación de la traducción del Il Cortegiano para la que él había resuelto algunas dudas meses antes. De ahí que toda la epístola sea una demostración al poeta barcelonés de la perfecta adecuación de la voz descuido para trasladar al castellano la sprezzatura de Castiglione, sobre la que Boscán albergaba dudas (y por eso a veces la convierte en desprecio). Los tiempos se ajustan exactamente a la fecha que ofrece Garcilaso al término de su epístola (Doce del mes d'otubre...), de lo que se deduce que no es meramente literaria o inventada, sino real: “No había tiempo que perder, así que a primeros de octubre, después de haber informado el Emperador el día 29 de septiembre cartas para Gómez Suárez de Figueroa, Fernando de Silva, Pedro de Toledo y Alfonso d’Avalos, Garcilaso emprendió el camino de vuelta a Nápoles llevando consigo esas misivas que contenían la cesárea y católica voluntad de Carlos V con respecto a las cuestiones, dificultades y coyunturas que le había transmitido en persona el poeta toledano. El 12 de octubre Garcilaso ya se encontraba en Aviñón; el 15 entregaba a Figueroa en Génova la carta que para él traía del Emperador; hacia el 20 llegaba a Roma y daba a Silva su despacho correspondiente; y entre el 23 y el 26 de octubre hacía su entrada en la corte del virrey de Nápoles” (Nievas, 2021: 846).
El hallazgo en 1345 de las Epistulae ad Atticum de Cicerón por parte de Petrarca supuso una gran novedad: se recuperaba así la carta amical en prosa no solo como modelo literario, sino como ejemplo de estilo familiar, próximo, doméstico, propio de lo que Petrarca llama la conversación normal (Familiares, 1, 1, 14-16), muy alejada del ars dictaminis medieval. Petrarca se erige también en modelo del género poético epistolar con sus Epistolae metricae, que empezó a recopilar hacia 1350, especialmente abundantes las de los doce años posteriores a su coronación como poeta (1341-1353). Para el tono de conversación informal, las sátiras y epístolas de Horacio constituyeron un modelo inexcusable, pero Petrarca se destaca de su predecesor con su propio estilo, pues es más grave, severo, y menos indulgente (Otto-Schönberger, 2004: 19-22). Garcilaso recupera este relevante precedente petrarquista al escribir su Epístola a Boscán, en un contexto (el de comienzos del XVI), y en especial, el de los años 30, en que en todo caso se publican composiciones lejanamente derivadas de los Sermones de Horacio con el rótulo de sátiras: las a su vez sátiras latinas de Giano Anisio (Iani Anisi poemata et satyrae ads Pompeium Columnam Cardinalem, Nápoles, 1531), las vulgares de Alamanni (Opere toscane di Luigi Alamanni al Christianissimo re, Francesco primo, Lyon, 1532), las del propio Ariosto (a pesar de la renuencia del autor a dar a conocer sus sátiras en vida, parece ser que sí circuló una edición clandestina de las mismas un año después de su muerte: en junio 1534, en una edición atribuida a Francesco Rosso di Valenza, con numerosas reimpresiones, se dieron a conocer estas composiciones suyas, en tercetos, más partidarias del modelo horaciano que de la invectiva de Juvenal, a diferencia de Alamanni, como ha recordado Gargano (2011: 86-87). En el caso de la presente composición garcilasiana, y de ahí la gran novedad, el poeta ofrece el membrete de “epístola” (de nuevo, en lo que atañe a sus intentos neoclásicos, nos encontramos con un Garcilaso a la vanguardia no solo de Italia, también de Europa), haciendo alarde de una naturalidad muy consciente y autoreflexiva (metapoética), y para deslizarse hábilmente en la última parte de la misma hacia a un tono más ligero, acelerado, con dejos satíricos genuinos e inequívocos.
El tema principal es, precisamente, el de la amistad, esa que tan dulcemente une al toledano con el docto barcelonés, un asunto, por tanto, especialmente apropiado para el cauce de la carta. No se trata de una amistad cualquiera, además, es la que Aristóteles y Cicerón, los grandes teóricos del tema en la Antigüedad, conciben entre los hombres más distinguidos por su alta virtud. La amistad es un tema relevantísimo en la obra de Garcilaso y por ello resulta muy fructífero recalar en las numerosas presencias masculinas que jalonan sus versos (Fosalba 2021), alusiones que se esparcen en composiciones con asuntos circunstanciales, siempre celebrativos de la recíproca fraternidad: recuérdense en este sentido los sonetos XIX, XXIV, XXVIII, XXXIII, XXXV, la Élegía I y la Elegía II, la Égloga II, la Ode ad florem Gnidi, y por supuesto, las odas latinas (Ad Antonium Thylesium Ode, y Garsiae Lasi Ode Ad Genesium Sepulvedam, así como la Oda latina V, Eiusdem ad Brasicanum Germanum, recién descubierta por Czepiel, que celebra el vínculo afectivo con el humanista alemán). En todas estas composiciones, la presencia de los amigos que comparten con Garcilaso el oficio de poeta es constante. No solo eso, en algunos casos, todavía más que estricto compañero de fatigas literarias, el amigo es el destinatario de la composición, o lo que es lo mismo, el interlocutor, la verdadera inspiración de sus versos. Cuando llegó a Nápoles, Garcilaso ya conocía al Petrarca cultivador de la amistad de sus cartas herederas de Cicerón, si no directamente, a través de su efecto en los textos teóricos de Poliziano (en la carta introductoria a su Liber epistolarum, escrita en 1494) y de Erasmo (en su De conscribendis epistolis, 1522), pero es probable que no fuera hasta llegar al Regno cuando descubrió la inmensa necesidad que tenía de la sodalitas, que ya había ensayado con Boscán y momentáneamente con Brassicanus, en esa eclosión de academias y de tertulias napolitanas postpontanianas de los años 30, que lo volvieron a inspirar como nunca, lo desencallaron y ayudaron a echar adelante sus proyectos literarios, como reconoce en la Oda a Tilesio. En Nápoles tuvo oportunidad de desarrollar sus inquietudes teóricas acerca de los géneros literarios gracias a la conversación con Antonio Sebastiano Minturno, cuando este estaba llevando a cabo el De Poeta (Fosalba 2016), unas charlas que están muy presentes en la preocupación teórica de la obra de Garcilaso y que pudieron ejercer una influencia mutua (e incluso cabe sospechar que el polimorfismo de la Égloga II –bucólica, comedia, épica– dejara su huella en el concepto heterogéneo de la égloga de dicha preceptiva napolitana).
La cualidad oral de la epístola recuerda un fragmento, también
epistolar, aparecido en una carta de Minturno del 15 de abril de 1528, en que este
teorizaba sobre los varios tipos de carta. Hay cuatro clases de misivas, proponía
el de Traetto: una informativa, otra piacevole y graciosísima,
una tercera para cuestiones graves y altas, y finalmente, una cuarta que es la
empleada entre amigos: Aggiungesi a questi un’altro modo detto amichevole, nel quale affine che
gli amici godano l’uno de la presentia de l’altro, che scrivendo si puo
fare, si manda scritto. Ciò che ne viene a mente, è come si suole dire ciò
che ne viene in boccha
(Minturno) (sin paginación). Nótense en este pasaje las concomitancias con el célebre
fragmento de Boscán: Señor Boscán, quien tanto gusto tiene
/ de daros cuenta de los pensamientos, / hasta las cosas que no tienen nombre,
/ no le podrá faltar con vos materia… (vv. 1-4). En la amistad, vienen a decir
Minturno y Garcilaso, “Ciò che ne viene a mente” (Minturno) // “los pensamientos”
(y Garcilaso da un paso más; “hasta las cosas que no tienen nombre”, esto es:
incluso las cosas que nunca se llegan a verbalizar ni mentalmente, quizá por su
carácter inaprehensible, por su fugacidad o sutileza, el amigo las adivina gracias
a la transparencia de los corazones) no encuentran censura en el camino de su
exteriorización: “ciò che ne viene in boccha” (Minturno) // “no le podrá faltar
con vos materia” (Garcilaso). La vía de expresión, de acuerdo con este concepto de
la amistad epistolar, está garantizada, y se presenta inevitablemente unida a la
naturalidad. Esta alusión a la expresión oral entronca con la carta a modo de
conversación a la que ya se referían el Pseudo-Libanio y el propio Artemio, editor
este último de las cartas de Aristóteles, aunque hay que matizar que ya en estos
autores el tipo de habla es escrita, como ha recordado Pedro
Martín Baños (2005: 43-44), quien pone de relieve la presencia de este
concepto dialogal de la epístola explicitada a través de la tradición retórica en
general.EFEugenia Fosalba
Este apartado se ha elaborado con materiales de Fosalba 2011, Fosalba 2019, Fosalba 2016, y Fosalba 2021, así como con otros datos nuevos.
De acuerdo con el estilo conversacional, familiar, de la epístola, Garcilaso escoge en esta ocasión el endecasílabo suelto, desprovisto de rima, que le confiere a su composición cierta laxitud alejada de los rigores de la esticomitia, aproximándola así a la prosa, al descuido, y a la sprezzatura adecuada al trato con el amigo. Beltrami recuerda que en el Trecento el Vago Filogeo de Sabellio Michiel, un opúsculo en forma de epistolario amoroso, contiene dos epístolas centrales transcritas en el manuscrito como prosa, que son endecasílabos sueltos (Beltrami, 2002: 123). En el Quattrocento, en el Teogenio, la Famiglia y el Profugiorum ab aerumna libri III de Leon Battista Alberti, todas las obras traducidas del latín y el griego se presentan en endecasílabos sueltos. Finalmente, en el siglo XVI, se da el endecasílabo suelto en textos teatrales, como en un coro de la Sofonisba de Galeotto del Carretto, de 1502, en la comedia de Nardi I due felici rivali (1512-13), así como en la Sofonisba de Trissino (publicada en 1524 y compuesta diez años antes). Beltrami también trae a colación la poesía didascálica de círculos cercanos a Trissino, como la Coltivazione (comp. 1530) de Alammani. Según explicará Varchi “i versi sciolti senza rima, [...] rappresentano essi gli esametri” (Beltrami, 2002: 125).EFEugenia Fosalba
1-3 los pensamientos... las cosas que no tienen nombre: el poeta manifiesta desde el principio la gran complicidad que hay entre él y Boscán, con quien la conversación es tan fluida y libre que, a veces, para comunicar ciertos pensamientos, o mejor, sensaciones, resulta innecesario ponerles palabras (hasta las cosas que no tienen nombre), como en el trato con uno mismo. Véase Loci similes vv. 1-3 y Comentarios vv. 1-3.EFEugenia Fosalba
4 La elección de la materia a tratar se plantea en los primeros versos, como en las epístolas de Plinio y Sidonio Apolinar (6, 18): Guillén (1986: 75).EFEugenia Fosalba
5-7 En los tratados de epistolografía al uso a principios del siglo XVI es casi un lugar obligado dar fe, al dirigirse al amigo, del amor que se siente hacia el destinatario, y a menudo, ofrecer una reflexión sobre las dudas acerca de la más adecuada forma de darle expresión. Véase Comentario vv. 5-7. EFEugenia Fosalba
5-6 presto: 'rápido' o 'ligero', 'claro', 'simple de ornamento'; Garcilaso no precisa andar buscando un estilo familiar puesto que la misma amistad lo favorece. El encadenamiento “presto, distinto, d’ornamento puro”, con esta puntuación, que aísla “distinto”, se corresponde con las clásicas brevitas, claritas y perspicuitas. Véase los Loci similes vv. 5-7 y los Comentario vv. 5-6.EFEugenia Fosalba
6 distinto: ‘claro’. Si va con coma, que es como aparece en la princeps (sin que el dato sea relevante), ese sería el significado. Si se suprime la coma, “distinto” podría resultar ambiguo: podría significar 'diferente de' o bien 'distinguido por'.EFEugenia Fosalba
5-7 Estos versos iniciales son polémicos por su ambigüedad: ni será menester buscar estilo / presto, distinto, d’ornamento puro, / tal cual a culta epístola conviene, parecen corresponderse, con la coma tras “distinto”, defendida por Morros (1990: 360), con las clásicas brevitas, claritas y perspicuitas. Véase Comentario vv. 5-7.EFEugenia Fosalba
7 culta epístola: epístola escrita en estilo docto (según Erasmo en su Ciceronianus, 1528) y florido (según Aulo Giano Parrasio, 1531), impropio de una carta dirigida al amigo. Véase Loci similes v. 7 y Comentario v. 7.EFEugenia Fosalba
9 amistad perfeta: acuñación aristotélica para designar en su Ética nicomáquea los lazos de afecto que unen desinteresadamente a los hombres de gran virtud. Es, por tanto, una amistad poco común. Véase Loci similes vv. 36-58 y Comentario vv. 36-58.EFEugenia Fosalba
10 descuido suelto y puro: Descuido es sinónimo aquí de la sprezzatura de Castiglione, una aparente negligencia que huye de la afectación, impropia esta última de la naturalidad y sencillez estilística de la carta. EFEugenia Fosalba
11 curiosa pesadumbre: se refiere a la "afectada pesadez" (opuesta al descuido suelto y puro, coadyuvado por la métrica del endecasílabo) de los que emplean un estilo doctamente recargado (poco flexible y paralizante como una ) (véase Loci similes vv. 5-7a, Comentario vv. 10-11) para la carta familiar.EFEugenia Fosalba
13-16 En otra palabras, (‘doy fe de que alcancé al lugar’), cuanto a lo primero (‘para empezar a contaros lo que ha pasado’), tan sano como aquel que en doce días (‘todo lo sano que se puede estar tras doce días de camino’), lo que solo veréis que ha caminado (‘lo poco que veréis que he recorrido’), cuando el fin de la carta os lo mostrare (‘cuando la valedictio del final de la carta os aporte el sitio al que he llegado [en estos doce días de camino desde que me despedí de vos en Barcelona]’). El lugar al que ha llegado es Aviñón.EFEugenia Fosalba
17-18 Alargo y suelto a su placer la rienda: el poeta aúna dos imágenes aquí, la rienda suelta que da simultáneamente al caballo y al pensamiento, como en un fundido cinematográfico, gracias a la frase parentética en que se acopla, al caballo, al pensamiento. Véase Comentario v. 17.EFEugenia Fosalba
19 a las veces: ‘a veces’. EFEugenia Fosalba
20 camino dulce y agradable: se refiere al curso a veces placentero de sus pensamientos. Véase Loci similes v. 20.EFEugenia Fosalba
25 agradable medio: parece una mezcla de la μεσότης (‘moderación’) aristotélica y la ‘suavidad’ de la aurea mediocritas horaciana Véase Comentario v. 25.EFEugenia Fosalba
27 Se trata más probablemente de un problema de pesadez relacionado con el ritmo y con el estilo. Véase Loci similes vv. 36-58 y Comentarios vv. 36-58, y no tanto con la métrica de los tercetos, como se ha llegado a suponer (como por ejemplo Maurer 1990).EFEugenia Fosalba
37 los provechos, las honras y los gustos: 'los intereses', 'los reconocimientos' y 'los placeres'. Véase Loci similes vv. 36-58 y Comentarios vv. 36-58. EFEugenia Fosalba
47-48 deleite...útiles cosas... graves: 'el placer', 'los intereses', 'los honores'. Véase Nota v. 37.EFEugenia Fosalba
51-52 provecho, el ornamento, / el gusto y el placer: 'el interés', 'el honor o reconocimiento', 'los placeres'. Véase Nota v. 37 y v. 47.EFEugenia Fosalba
53 El genio sugiere aquí (como corrobora Covarrubias para dicha voz) un virtuoso influjo de los planetas en la inclinación de ambos poetas a la mutua amistad. Véase Loci similes v. 53.EFEugenia Fosalba
62-63 es el hacer el bien que el recebille: aquí Garcilaso concluye esta parte central, abstracta y filosófica acerca de la amistad, con una frase proverbial, como es su costumbre, para quitar ampulosidad y dotar de sprezzatura a sus versos. Sirve, además, de transición a la parte satírica de la epístola, en que evoca con críticas los caminos de Francia.EFEugenia Fosalba
65-76 Las contrariedades del viaje tienen una larga tradición satírica y marcan aquí el giro de la epístola de Garcilaso hacia este subgénero del sermo. Véase Comentario vv. 65-76.EFEugenia Fosalba
65 no es locura: porque este sentimiento viene avalado por los más autorizados teóricos de la amistad en la Antigüedad.
66 corrido: 'avergonzado', 'arrepentido'.
74 vinos acedos: 'vinos ácidos', 'avinagrados'.
75 varletes: es galicismo, palabra de germanías, propia de la soldadesca, para aludir a los criados, los camareros. Es propio de la sátira la acumulación de objetos y caracteres, así como la aceleración del ritmo de estos versos enumerativos.
75 postas: son las caballerías que se apostaban en los caminos para relevar los que portaban a los jinetes viajeros, correos, mensajeros. Se les llamaba postas, según cuenta Covarrubias, por estar expuestas y prevenidas para cualquier hora y tiempo. Garcilaso se refiere a aquí a que los caballos de refresco en el camino de Francia eran de mala calidad.
76 argén: 'plata', 'dinero'. Es voz de germanías también, y galicismo a su vez, como varletes (v. 75). Hernán Núñez lo documenta en su refranero de c. 1549 (“Quien tiene argén, tiene todo bien”, CORDE).
78 tesoro: se refiere a la volátil esperanza, una de las grandes obsesiones del sujeto lírico garcilasiano. Hay una sutil alusión aquí a algunos probables amoríos napolitanos, a los que se alude un año después, en la Elegía II, de nuevo con dudas acerca de la reciprocidad de la dama.
81 mi señor Durall: Monseñor Galcerán Albanell i Durall fue caballero principal de Barcelona, miembro de la orden de Santiago desde 1531, militar que participó, junto a Juan Boscán y Jerónimo Agustín (hermano del arzobispo Antonio, quien le menciona en su epistolario), en la expedición catalana en defensa de Viena contra el asedio turco, por lo que fue elogiado por parte del humanista Martí Ivarra. Véase Comentario v. 81.
82 abrazá de mi parte, si pudierdes: Herrera desvela el enigma de esta dificultad: “Dice esto porque era muy gordo el Durall” (H-420). Garcilaso se acerca al final de la epístola en tono desenfadado, irónico, como corresponde a la complicidad con el amigo.
83 Doce del mes d'otubre: el doce de octubre es, en efecto, cuando Garcilaso llegó a Aviñón, que era donde había nacido Petrarca y donde estaba enterrada Laura, como anuncia el poeta en los últimos versos de la epístola. Véase Comentario v. 83 y Loci similies v. 83.
84 do nació claro fuego de Petrarca: se refiere a la pasión del poeta de Arezzo; es decir, Laura, que nació en Avignon, Valcluse, como anota el Brocense (B-94).
85 donde están del fuego las cenizas: al parecer, se había descubierto la tumba de Laura en Aviñón tan solo un año antes de que Garcilaso la visitara.
1-7 En una carta del 15 de abril
de 1528, dirigida a Camillo Pignatello, Conte di Borello, Antonio Sebastiano
Minturno teorizaba sobre los varios tipos de epístola: Aggiungesi a questi un’altro modo detto amichevole, nel quale affine che
gli amici godano l’uno de la presentia de l’altro, che scrivendo si puo
fare, si manda scritto. Ciò che ne viene a mente, è come si suole dire ciò
che ne viene in boccha.
(Minturno, 1548: §1) Si se confronta con el texto de Garcilaso surgen concomitancias
significativas: “Señor Boscán, quien tanto gusto tiene / de daros cuenta de los
pensamientos, / hasta las cosas que no tienen nombre, / no le podrá faltar con vos
materia…” (vv. 1-4). En la
amistad, vienen a decir Minturno y Garcilaso, “Ciò che ne viene a mente” / “los
pensamientos” (y Garcilaso da un paso más; “hasta las cosas que no tienen nombre”,
esto es: incluso las cosas que nunca se llegan a verbalizar ni mentalmente, quizá
por su carácter inaprehensible, por su fugacidad o sutileza, el amigo las adivina
gracias a la transparencia de los corazones) no encuentran censura en el camino de
su exteriorización: “ciò che ne viene in boccha” / “no le podrá faltar con vos
materia”. La vía de expresión, de acuerdo con este concepto de la amistad
epistolar, está garantizada, y se presenta inevitablemente unida a la naturalidad
(Fosalba, 2019: 109). Véase el Contexto.EFEugenia Fosalba
5-7 estilo ... distinto ...culta epistola: Más que similitud en los lugares, en el caso de la Epístola a Boscán, hay que recurrir a la intertextualidad, que nos sugiere la asociación entre el incipit de Garcilaso y los famosos incipit de Catulo y Propercio. Mientras del segundo destacaría solo una expresión por el singular uso de libertad en un inciso (la situación es completamente diferente pero el sentido es el mismo, “si puedo hablar diciendo lo que pienso”), el incipit catuliano se refiere precisamente a la intención del poeta de enviar un texto poético al amigo disculpándose de que no esté exactamente a su nivel. Catulo distinguía entre su propio librito, bien hecho exteriormente (expolitum), pero no erudito como la escritura de Cornelio, y sin embargo notaba que el amigo había sido generoso con él considerando algo sus versos no muy eruditos, por lo que se los puede enviar, así como Garcilaso piensa que puede escribir al amigo sin excesiva búsqueda. Culta corresponde perfectamente a doctis, porque ambos se refieren a lo que el texto enviado no pretende ser, y sin embargo ese culta recuerda la culta puella de Propercio, 1, 2, 26.FTFrancesco Tateo
5-6 estilo / presto: Véase el influjo de la forma elocutiva volubile e presta de Minturno (que responde a la cuarta idea hermogénica: gorgotes; celeritas para Trapezuntius), propia de una seconda maniera, grave sin aparentarlo, que —sigo traduciendo— no contiene cosa que sea lejana al vulgo ni parece haber sido buscada con mucho estudio (Minturno, 1971: 442). Véase Fosalba (2019: 106).EFEugenia Fosalba
7
culta epístola: Covarrubias parece avalar el sentido
ambiguo que —todavía hoy— puede adquirir la palabra “culto”: depende de quién la
emplee y del contexto en que aparezca inserta: Culto. Viene del verbo colo, que significa pulir y adornar; así que el
lenguaje culto es un modo de hablar bien trabajado y cultivado para el
púlpito; digno de materias altas y divinas que en él se predican, apacible
al oído, honesto y casto, no mal sonante ni descomedido. Porque los
desvanecimientos de los que el vulgo llama cultos, son risa de un grave
auditorio y endechas de la religión cristiana
. También “distinto” podría resultar ambiguo: significa ‘diferente de’, o
bien, ‘distinguido por’. Y cabría preguntarse ahora si Garcilaso fue el único que
no fue consciente de la clara ambigüedad de sus versos: no parece muy razonable. A
lo mejor, obligado el lector a inclinarse por una u otra lectura lo estaría
subestimando. Morros recuerda una frase de Joan Lluís Vives, donde el giro
excultissimam esse sine cultu ('refinado sin
afectación') no parece inclinar la balanza en uno u otro sentido, sino más bien
mantener el fiel equilibrado entre las dos opciones y, en todo caso, si tuviera
que inclinarse de un lado, más bien parece que sería por el del rechazo de lo que
suene culto para la carta. El empleo del mismo lexema (colo),
reforzado por la partícula ex y el superlativo en
excultissimam, sería una forma, mediante la paradoja que
emplea Vives, de romper con las inherentes ambigüedades de la voz “culto” en “sine
cultu”. Véase Loci similes v.
7a. Por otro lado, grandes autoridades emplearon ya el término
excolendo, excolere en sentido de perfeccionamiento,
y muy significativamente en textos retóricos de Cicerón y Quintiliano, que son los
que casan mejor con la tradición que inspira a Vives, se emplea en varias
ocasiones la voz en el sentido de “perfeccionamiento” que solo se alcanza mediante
un trabajo disciplinado, propio de la exercitatio retórica:
como el célebre consejo del maestro de oradores que Quintiliano haría suyo: Sed memoria excolendo, sic alia omnia augetur
(Institutio oratoria, 11, 2, 1) donde excolendo tiene el sentido de
'perfeccionamiento', de 'finísima ejercitación o labor'. Se trataría así de que la
carta presentara con total falta de afectación (esse sine
cultu) el resultado de ese finísimo perfeccionamiento. El “mejor
adorno de una carta era una sencillez aseada, y que la más pulida era la que iba
sin pulimento alguno” sería la traducción de Morros (1990:
357), pero parece que así quedan cosas por aclarar. Sería mejor entender
que el máximo pulimento es el que no se nota, el que no es afectado
(esse sine cultu), con lo cual tampoco le restamos
ambigüedad a cultu, que era de lo que se trataba al aducir
el, por otra parte, excelente, ejemplo de Vives. Morros no oculta, aunque haya
tomado partido al editar, que “Fuera como fuere, no dejamos de movernos dentro del
campo de la duda y la suposición” (Morros, 1990: 360).
Es 1534 el año en que Erasmo, al revisar su Opus de conscribendis
epistolis, añade en el capítulo 11 una única pero significativa alusión
a los ciceronianos (Martín Baños, 2005: 356). Como es
bien sabido, desde 1528, con la publicación del Ciceronianus, se ha
reavivado una polémica poco amistosa contra la secta ciceronianorum,
que enfrenta a partidarios de la imitación de Cicerón, sorprendentemente
virulentos en Italia, sin olvidar la insultante invectiva desde Agen de Scaliger
(1531), y detractores del modelo único o de su imitación servil; aunque para
Erasmo no solo se trata de una cuestión de estilo, sino del ataque a una rigidez
metodológica preocupante, que a su parecer dejaba a la deriva las más sólidas
bases de la cristiandad. Es también el año en que se publica, en las ciudades de
Lyon, Leipzig y Venecia, un opúsculo del agustino Ortensio Lando, con el título de
Cicero relegatus et Cicero revocatus, dialogi festivissimi,
donde su autor presenta un primer debate en el que varias autoridades concluyen el
destierro de Cicerón, para recuperar su figura en el siguiente diálogo, que al
irse acercando al final, se escenifica el regreso triunfal de su escultura a
Milán; pero la defensa es más breve y más fría que la apasionada fustigación
inicial. Lo curioso del caso es que entre los interlocutores del primer diálogo,
junto a los milaneses Gaudenzio Merula, autor del título Bellum civile
inter Ciceronianos et Erasmicos, que al parecer no se conserva, y los
obispos Giovanni Morone y Ermete Stampa, asoman varios personajes napolitanos muy
próximos a Garcilaso: los hermanos Antonio y Girolamo Seripando, que no parece
defenderlo y se queda confuso y ruborizado ante los ataques, además de Placido di
Sangro y Mario Galeota (presentes ambos en la Oda a Tilesio). Hecho
que, además, pone de manifiesto otro dato relevante: el alter ego de Ortensio
Lando es Hieremias, pues el propio Lando, como recordó Müller
(1907: 16, citado por Jedin, 1937, que se cita
aquí en la reimpresión italiana 2016: 118. Argumentos aducidos por Fahy, 1975: 32), pasó varios años de su vida en el convento
de San Giovanni a Carbonara, detalle que conocemos gracias a la estancia de
Widmanstetter en el convento, que duró desde poco antes de la muerte de Sannazaro
hasta 1532, pues menciona en una carta su amistad con Lando, al que al parecer
dejó de ver en 1531. Según Fahy (1975: 33), lo más
probable es que Lando empezara a escribir su diálogo cuando ya hacía unos meses
que había abandonado San Giovanni a Carbonara, probablemente antes de la muerte de
Antonio Seripando en 1531, e insertó la fecha de 1534 al encarar la escritura de
la parte consagrada a la vuelta triunfal de Cicerón, para actualizar el contenido
de su publicación poco antes de entregarla a las prensas. Es muy probable a su vez
que el carácter festivo del diálogo, anunciando sus Paradossi
(1543), se deba al recuerdo imborrable para Lando del ambiente abierto, dialogante
y ecléctico del convento en que Seripando era su superior, cuya figura trata en
este diálogo y en sus anteriores obras latinas con gran respeto. Ya ha salido a
colación el ciceronianismo del maestro Seripando; resulta muy significativo que el
mismo personaje comparezca en este diálogo para ser convencido de la iniquidad de
Cicerón; que se le intente persuadir precisamente porque era del dominio público
su inclinación favorable a las enseñanzas ciceronianas, aunque también es posible
que no se ponga a defender la figura de Cicerón, pues la postura de Seripando no
era de los ciceronianos a ultranza, y por contra, era bien conocido su
eclecticismo. Así, ante los ataques de Aphricanus, Seripando reacciona turbado,
con el rostro enrojecido; no obstante, acepta la argumentación de sus adversarios
con la generosidad y tolerancia que le caracterizaba (Seripandus, qui erat Ciceronem semper in sinu gestare, nullumque passim
ore dilaudare, uisus est graviter commotus, totusque rubore perfusus
(Paradossi, 1534: 14). Se trata de una defenestración del maestro de oradores que no es más que
el preámbulo de su restitución. Esta suerte de parodia acerca de los extremos a
que podían conducir las actitudes dogmáticas, fueren del signo que fueren, parece
la ambigua, festiva, lección moral que se desprende del opúsculo de Lando. A la
que Garcilaso no pudo o no quiso permanecer ajeno. Incurrir en observaciones de un
purismo terminológico muy marcado podía en 1534 levantar sospechas de
ciceronianismo o anticiceronianismo militantes (mirado con lupa, del exordio de
Garcilaso podrían entresacarse sospechas de los dos signos), actitudes extremas
ajenas al eclecticismo tolerante de San Giovanni a Carbonara y por ende, de
nuestro poeta. (Para la elaboración de este largo comentario se han aducido muy de
cerca textos del artículo de Fosalba de 2011 reelaborados
en 2019, con nuevas adiciones de ahora.)EFEugenia Fosalba
5-7 El pasaje ha sembrado dudas en la crítica sobre cómo debería
interpretarse. Véanse las ambigüedades del pasaje: 1) No será menester disponerse
ahora a buscar estilo ligero, al margen del puro ornamento propio de la epístola
elevada y culta (porque acudirá sin necesidad de buscarlo). En cualquier caso, 2)
distinto d'ornamento puro, sin coma, también
podría significar lo contrario: no habrá que echar mano de un estilo “solo
ornamental” (porque es desaconsejable y no casa con la ocasión). 3) Presto también podría ser, en rigor, estilo
“preparado” (lo que sería radicalmente diferente de presto, en el sentido de
'rápido', 'ligero'), como documenta Morros (1990: 355), o
4) “a toda prisa” (“prestamente”), sentidos dispares todos. Sea cual sea el ángulo
desde el que se interprete cada una de las palabras clave del fragmento, el
sentido último del pasaje es el mismo. Como fuere, está claro que Garcilaso quiere
escribir en estilo familiar, sin afectación. Puede que ahí esté la gracia de esos
polémicos versos: las palabras pueden virar en sus sentidos, pero la intelección
última no varía. O varía escasamente. Así, los sentidos dialógicos de los versos
podrían responder a una voluntad de ambigüedad terminológica por parte de
Garcilaso, quien evitara así tomar partido en las disputas ciceronianas desatadas
a propósito del Ciceronianus de Erasmo publicado en 1528, y
parodiadas por la publicación en varias ciudades europeas del Cicero
relegatus et revocatus de Ortensio Lando, en que ambas posturas
extremas se ponían en entredicho (Fosalba 2011).
De
todas las ambigüedades que se desprenden de los versos iniciales de la
Epístola a Boscán destaca, por encima de todo, el contraste
entre el “estilo presto” que acude con ligereza a los puntos de la pluma del poeta
y la “curiosa pesadumbre” que ante todo desearía evitar, pues trae algún eco de la
curiositas retórica, con su exceso estilístico, y ecos
probables del cursus pesado, grave, grandilocuente, que algunos anti-ciceronianos
reprochaban al orador y sobre todo a sus simiescos imitadores, como en la mofa por
la cacareada coletilla esse videatur.
ad haec inutilis est armatura, quae quum tantum ad ostentationem valest(Erasmo, Ciceronianus), resulta aquí una excelente metáfora de la curiosa pesadumbre de Garcilaso (v. 11), que se correspondería con la afectación de Castiglione, y que es lo más contrario a la sprezzatura del mismo Castiglione y al descuido en la traducción boscaniana. Por supuesto el estilo culto es el menos adecuado al tema que nos reclama, y que, según Erasmo, es el propio de la carta. En ocasiones, como nos recuerda el de Rotterdam a través de su personaje, en un mismo día nos vemos obligados a escribir veinte cartas. ¿Qué hará entonces el ciceroniano? Porque también Cicerón es variado en su expresión. Resulta de una manera cuando imparte filosofía en estilo relajado y calmado, y de otra en las causas jurídicas, de otra en las cartas,
in quibus fere neglectus est et ilaboratus sermo, atque hoc ipsum decet epistolam, quae in familiaris colloquui vicem successit(Erasmo, Ciceronianus),
en las que se muestra un lenguaje casi descuidado y sin elaboración, y esto mismo conviene a la carta, que tiene lugar en vez de la conversación familiar, cito la traducción de Fernando Romo (2011: 153-154)).
10-11
descuido suelto y puro / lejos de la curiosa
pesadumbre: La curiosidad equivalía aquí a impertinente
pesadez o cuidadosa gravedad, pues en la
raíz latina del adjetivo “curiosa” estaba la doble acepción de
entrometida o molesta, y, a la
vez, de cuidadosa, esmerada, que
funcionaba, además, por oposición a incuria, presente en el
lexema de descuido. Toda la epístola, se nos advierte así en el
exordio, es un ejemplo de descuido aparente, de la
sprezzatura que acuña Castiglione en Il
Cortegiano, palabra clave de su tratado que Boscán duda a veces si
traducir por desprecio o descuido.
Véase Loci similes v. 10. A
veces la duda se desdobla y aflora en la traducción de Boscán al aducirse
“gracia”, cuando se contrapone a “desgracia”, pero las más de las veces el texto
dramatiza esa dualidad inicial: al principio abunda la opción “descuido” al
contraponerse a gracia y cuidado en Veis luego cómo descubrir el arte y mostrar un cuidado demasiadamente
atento en las cosas destruya toda la gracia
Castiglione, Il Cortegiano, 144; y a su vez poco más adelante, en ¿Quién, por ciego que sea, no verá en esto la desgracia que trae consigo
el cuidado y la gracia que se muestra en el descuido de muchos hombres y
mujeres que aquí están presentes cuando, con una descuidada desenvoltura,
hablando o riendo o conversando discretamente con todos, no muestran
dárseles nada por lo que hacen, antes parece que sólo no se acuerdan de
ello?
(Castiglione, Il Cortegiano, 145); etc.
Peter Burke opina que el significado de
sprezzatura era distinto antes de que lo empleara,
llenándolo de nuevo sentido, Castiglione, pues quería decir “aquello a lo que no
se puede poner precio”. En el original: Sprezzatura
was not, literally speaking, a new word at all, but rather a new sense given to
an old word, the basic meaning of which was “setting no price on
(Burke, 1998: 47). De todas formas, no parece que
Castiglione inventara ningún nuevo sentido de diccionario para el vocablo, sino
para asignarle un valor positivo del que carecía acercándolo a una natural y
elegante negligencia de ecos ciceronianos, antes que a un altanero menosprecio. El
Vocabolario de la Accademia della Crusca, curiosamente, sigue
sin considerar sprezzatura como lema, pese a haber aparecido
con un siglo de posterioridad con respecto a Il Cortegiano de
Castiglione.
La intervención de Castiglione supuso, en cualquier caso, que se
popularizara ese sesgo positivo de la nueva acepción, hasta el punto de solapar el
sentido peyorativo propio a su vez de disprezzare, también contenido
en la voz sprezzare. Boscán, manejándose siempre en la duda con este
término crucial, aduce a veces “desprecio”, que también podía oponerse a “gracia”,
sustancia última de la traída y llevada sprezzatura, y opción
que en otras ocasiones le llevaría a buscar la variatio
cortando amarras e inclinándose nada menos que por “desgracia”. No es extraño, por
tanto, que al poeta barcelonés le bailara la cabeza entre la variedad de vocablos
posibles, y nunca dejara de dudar del todo acerca de cuál sería la óptima forma de
traducir sprezzatura.
Margherita Morreale observaba que
“descuido” engendra “en la versión un juego de antítesis ajeno al texto italiano
(descuido / cuidado), y se presta para sustituir una voz algo dura para los oídos
de Boscán: la afectación” (1959: 165). El sentido de
estos opósitos es, curiosamente, y como observaremos poco más abajo, el contrario
al que del mismo hace Juan de Valdés por las mismas fechas.
Lore Terracini
escribió hace años un completo estudio sobre el uso de la voz “descuido” en
tiempos de nuestros poetas amigos. Resulta muy interesante su constatación de que
el uso de “curioso” como opuesto a “descuido” no era necesariamente de recibo en
las mismas fechas en que se publicó la versión castellana del texto de
Castiglione: Juan de Valdés, en su Diálogo de la lengua, proponía
como opuesto a “descuido”, “cuidado”, lo que otorgaba un sentido radicalmente
contrario de la interpretación de “descuido”, al adquirir ahora, con este nuevo
antónimo, connotaciones abiertamente peyorativas. Porque el descuido implica para
Valdés desatender la selección de las palabras claras, llanas, que nos alejan de
la oscuridad afectada. Por tanto, decantarse por “descuido” como opuesto a
“curiosidad”, por muy acertado que fuere desde el punto de vista filológico, no
resultaba de buenas a primeras de una lógica arrolladora e incontestable. No
extrañan tanto, entonces, las legítimas dudas de Boscán. Y ahí es donde es posible
que entrara Garcilaso: parece muy plausible que al visitar a su amigo en Barcelona
y repasar con él el manuscrito de la traducción de Il Cortegiano,
se inclinara decididamente por “descuido”. Y Boscán, no del todo convencido,
prefirió proponer esa opción en primer lugar, sin renunciar a ofrecer de vez en
cuando alguna otra, por si acaso. En este sentido, parece que Lore Terracini yerra
cuando afirma que donde Boscán rivive l’antitesi nel suo intimo valore,
l’altro
, o sea, Garcilaso, la riduce a esterno gioco
verbale
(Terracini, 1979: 72).
Pero lo
cierto es que probablemente Garcilaso escribió la epístola para reafirmar este
juego de oposiciones al poco de discutir con su amigo, que no las debía tener
todas consigo. Y le dirigió la epístola, entre otras muchas razones, para
ofrecerle un ejemplo práctico de cómo iban al consuno el "descuido" y la
sprezzatura, poniendo al paso en funcionamiento la
demostración de cómo entraban en juego las más sofisticadas teorías literarias del
momento, además de aludir al centro mismo de la polémica ciceroniana con
terminología a un mismo tiempo clara y evasiva, y sin dejar de tener presente al
vocabulario de Nebrija, donde se consignan ambas palabras clave: "curiosidad" y
"descuido", y descuido se anota como la palabra correspondiente a
negligens e incuriosus, lo que a su vez
remite al oxímoron de la diligente negligencia de Cicerón, que es la raíz retórica
de la sprezzatura de Castiglione, y la natural antítesis
entonces de la curiositas en su vertiente negativa (Fosalba, 2022: 375). No en balde Paolo Giovio, en sus
Elogia veris virorum clarorum, presenta a Nebrija como el
precedente en España de genios como Garcilaso, una autoridad que Valdés pretendía
dejar atrás, como nos recuerda García Sánchez (2021:
174-180).
Bienvenido Morros consigna este fraseo de Minturno que
está muy cerca del de Garcilaso: La volubile e presta [entre las formas nello scriuere] sarà spesso,
inciso e distinto e vibrato fia il dire ad incitare e movere altrui: il che
si fa ampliando, accrescendo, radunando molte cose insieme, dimanando,
disgiuntamente e senza congiuntioni parlando, ripetendo di membro in membro
e di giuntura in giuntura … usiamo le voci correnti e i versi di pocchi
accenti o pur di numeri presto o veloci
(Morros, 1995: 453). El texto es de l'Arte poetica toscana (1564), y es teórico,
pero no hay que olvidar que Garcilaso y Minturno se conocieron (como demuestra el
Soneto XXIV de nuestro poeta) o que implica que pudieron
influirse mutuamente y compartir razonamientos y lecturas.
(Para la
elaboración de este comentario se han aducido muy de cerca textos del artículo de
Fosalba 2011 reelaborados en Fosalba
2019, con nuevas adiciones de ahora.)EFEugenia Fosalba
17-18 caballo... pensamiento: Aquí se produce una buscada alteración del ritmo, con el cambio de acento de la segunda, cuarta y octava sílabas del verso 17, al énfasis en la primera, tercera y sexta, que contraponen con evidencia el caballo al pensamiento, a los que el poeta da simultáneamente rienda suelta (Guillén 1988).EFEugenia Fosalba
25 De nuevo va a ser en la Ética nicomáquea (principalmente en el libro 2), tan presente en esta composición epistolar, donde Aristóteles desarrolla el concepto de μεσότης ('moderación') que rechaza la ὓβρις, o el exceso de orgullo, y que aúna la máxima de μηδὲν ἄγαν (‘nada en exceso), μέτρον ἄριστον (‘la mesura es lo mejor’) así como la norma délfica γνῶθι σαυτόν (‘conócete a ti mismo’). Cf. la anotación 70 de Josep Batalla, a la Ética nicomáquea, 1106a, 30, 70. Parece que la segunda parte de la cláusula, agradable podría vincular dicha locución garcilasiana con la aurea mediocritas de Horacio, de cuño poético, ausente en el texto la aristotélico, y que puede remitir, según el Thesaurus Linguae Latinae a summa pulchritudine, suavitate, virtute. EFEugenia Fosalba
36-58 En la Ética Nicomáquea,
libro 8, secciones 1155a a 1162a, Aristóteles trata sobre la amistad, y más
concretamente, en 1156a, expone las distintas especies de amistad,
correspondientes en número a las tres formas de ser amable: en las dos primeras se
barajan los términos aquí aducidos por Garcilaso antes de adentrarse en su
principal objetivo, que es la amistad perfeta
(anunciada ya en el v. 9), la
que le concierne por el estrecho y desinteresado vínculo de amor establecido con
Boscán. En la primera domina el “interés” (y no hay por tanto querencia entre los
amigos por sí mismos sino por el bien que se proporcionan mutuamente); es decir,
los provechos, v. 36, las útiles cosas, v. 48, el provecho, v. 51, de
Garcilaso, cuyo equivalente en el griego del estagirita sería τὸ χρήσιμον (1156a,
10), que emplea en su forma neutra (equivalente en castellano a 'lo beneficioso',
'lo que es útil'), y que se corresponde con un trato que es más propio de los
ancianos. Este tipo de amistad también puede desarrollarse por placer (ή ηδονή),
que en Garcilaso se da en los gustos
v. 37, el deleite,
v. 47, el gusto y el placer
v. 52: con este componente, la
amistad es más propia de los jóvenes, y, como la primera, puede romperse
fácilmente cuando el tiempo la altera y desaparece el accidente que la
fundamentaba, puesto que los amigos no se amaban por sí mismos. Finalmente, está
la amistad perfecta, que es la que Garcilaso defiende
sentir por Boscán, sin renunciar a las otras partes de la amistad, representadas
por los provechos o los gustos, además de las honras. La amistad perfecta, según
Aristóteles, solo se puede dar entre hombres buenos y los que descuellan por su
virtud. Son verdaderos amigos porque se desean bienes con la vista puesta en los
mismos amigos, a los que se quiere de verdad. Su amistad dura tanto tiempo como
perdura su bondad, pues es una cualidad duradera (y no accidental), así que las
“(cosas) útiles” (ὠφέλιμος, 1156b, 14) y, sobre todo, los “deleites” (las (cosas)
agradables, de τὸ ήδύ, “lo agradable”, 1156b, 15) también se dan en este tipo de
amistad, porque los hombres buenos lo son de forma absoluta y también
recíprocamente, y esto también reporta beneficios y placeres, pero nada es tan
placentero como el amor verdadero y desinteresado por el otro (ninguna cosa en mayor precio estimo / ni me hace gustar del
dulce estado / tanto como el amor de parte mía, vv. 39-41). Estas amistades son raras, por
infrecuentes y escogidas, pues amigos así los hay pocos, según reconoce
Aristóteles y advierte en sí mismo Garcilaso (y con vos a
lo menos me acontece / una gran cosa, al parecer estraña, vv. 33-34). Herrera lo refiere
así: Deleite. Los tres fines que pone el filósofo tratando de la
amistad en el 8 de las Éticas a Nicómaco: honesto, util, jocundo, /graves,
útiles, deleite, /ornamento, provecho, gusto y placer
(H-414). Pero es Cicerón, en su De amicitia, el que emplea un
término equiparable a las honras de Garcilaso. Cicerón enumera las aportaciones de
la amistad destacando en su enumeración el beneficio, el
studio, (que en determinados contextos de dedicación a
los ocios del humanista puede traducirse por los gustos de
Garcilaso); en otro lugar, además, alude a los honores, o sea, las honras ( v.
37), cosas graves?( v. 48), el ornamento
('honor', 'reconocimiento') de nuestro poeta, ausentes, en la Ética
nicomáquea de Aristóteles, referidos a este punto de la amistad: en
cambio, Cicerón se refiere, en efecto, a alabar los honores, disfrutar de los
placeres... honores ut laudere, voluptates ut gaudeas
De amicitia, 7, 23, 25: Cicerón viene a decir que aunque el amor se fortalece con el beneficio
recibido, el estudio realizado y la costumbre establecida; mediante estas cosas,
al aplicarlas al primer impulso del alma y del amor, surge una admirable grandeza
de benevolencia: Quamquam confirmatur amor et beneficio accepto et studio perspecto et
consuetudine adiuncta; quibus rebus ad illum primum motum animi et amoris
adhibitis, admirabilis quaedam exardescit benevolentiae magnitudo,
(De amicitia, 9, 29, 12-13), lo que parafrasea muy de cerca el sentido de los vv. 36-42: considerando los provechos, / las honras y los gustos que me vienen / desta
vuestra amistad, que en tanto tengo, / ninguna cosa en mayor precio estimo / ni
me hace gustar del dulce estado/ tanto como el amor de parte mía. Poco
más adelante, aclara Cicerón, resumiendo con otras palabras a Aristóteles, que no
está hablando ahora de la amistad común o mediocre, que sin embargo es
agradable y útil, sino de la
verdadera y perfecta, de la cual
solo unos pocos pueden hablar.EFEugenia Fosalba
65-76 En el viaje a Brindis que Horacio describe en su Sátira 1, escrita con la referencia muy
presente del viaje a Sicilia narrado por Lucilio (Iter
Siculum, 3, 94-148), aparecen otras variantes de las
incomodidades del viaje, como el agua de pésimo sabor, los criados gritones, los
borrachos, las mulas, la conjuntivitis, la muchacha mendaz (mendacem...
puellam / mentiras de Garcilaso, que no especifica su origen
erótico o putesco) que no acude en la noche; además, enmarcando el lenguaje
subalterno de los barqueros, se filtran unos versos de tono épico, en una mezcla
de estilos en la que Garcilaso también incurre en cierta manera en esta epístola.
Claudio Guillén (1988) ha notado además la andadura veloz de estos versos, propia
también de la sátira, con el cambio de ritmo que se produce en el paso de la
simetría bipartita a la tripartita, de la acentuación fluida en la octava sílaba,
a la acentuación disruptiva en la sexta y la séptima, al tiempo que se pasa de la
posposición a la anteposición de adjetivos, todo lo cual casa con la aceleración
satírica que favorece la acumulación de enumerativa en asíndeton y el clímax
acumulativo del último verso de la serie, como en un estallido de enojo. También
es característico de la sátira el amontonamiento de cachivaches y caracteres
(1988: 15-48). Guillén también recuerda la atención
prestada por Ariosto al vino: Come la carne e il pan, così la feccia / del vin si dà, c'ha seco una
puntura / che più mortal non l'ha spiedo né freccia
(Satire 2, 247-249) y por Ercole Bentivoglio ...gustò uno / vie più che aceto dispacevol vino
Satire a Pietro Antonio Acciaiuoli
(Guillén, 1988: 16-17).
81 Monseñor Galcerán Albanell i Durall luchó
también al servicio de Carlos V en la Jornada de Túnez en 1535 y en la defensa de
Perpiñán en 1542, junto a Boscán. Se sabe, además, que en 1539 fue testigo de los
capítulos matrimoniales del poeta con Ana Girón de Rebolledo. Escribió su
testamento en Barcelona en 1542 y partió a Italia; regresó después a España en
1545. Parece que en 1553 todavía vivía, pues consta como albacea testamentario de
Juan Agustín, pariente suyo, por vía materna, y que pertenecía al célebre linaje
de juristas aragoneses, del que procedían a su vez su hermano, el futuro (en
tiempos de Garcilaso) arzobispo Antonio, y Jerónimo, a quien Boscán cita como
miembro de la misma tertulia que Galcerán Albadell i Durall (véase aquí mismo, más
abajo) en la epístola a Diego Hurtado de Mendoza (No faltará Jerónimo Agustín, / con su saber sabroso y agradable / no
menos qu'en el romance en el latín...
(Hurtado de Mendoza, Epístola a Boscán,
382-384). Herrera ofreció la pista sobre este personaje al afirmar que “Mosén Durall
era maestro racional, caballero principal y rico de Barcelona”, en Gallego-Morell (1966: 453). Para estas y otras noticias
sobre el personaje, véase Durán (1993: 7). Cita a Durall
Diego Hurtado de Mendoza (v. 203): Toda la vida sabrosa con
Durall...
; y el mismo Boscán, en su respuesta (vv. 376-381) como un
agradable miembro de la tertulia de amigos barceloneses: Mosén Durall allí estará muy pronto, / haciendo con su trato y su
nobleza / sobre nuestro placer el contrapunto. / Y con su buen burlar y su
llaneza, / no sufrirá un momento tan ruin, / que en nuestro gran placer
mescle tristeza
(Boscán, 1999: 356 y 374). EFEugenia Fosalba
83 Garcilaso hubo de ser recibido en Palencia por el Emperador el día 4 de septiembre. Véase el estudio y edición del informe secreto que Garcilaso entrega al Emperador al llegar a Palencia, con numerosos detalles sobre el viaje, en Fosalba y Nievas (2022). En un artículo anterior, Nievas (2021) calculó la vuelta a través de Barcelona, y los tiempos se ajustan exactamente a la fecha que ofrece Garcilaso al término de su epístola. De lo que se deduce que no es una fecha meramente literaria o inventada, es real: “No había tiempo que perder, así que a primeros de octubre, después de haber informado el Emperador el día 29 de septiembre cartas para Gómez Suárez de Figueroa, Fernando de Silva, Pedro de Toledo y Alfonso d’Avalos, Garcilaso emprendió el camino de vuelta a Nápoles llevando consigo esas misivas que contenían la cesárea y católica voluntad de Carlos V con respecto a las cuestiones, dificultades y coyunturas que le había transmitido en persona el poeta toledano. El 12 de octubre Garcilaso ya se encontraba en Aviñón; el 15 entregaba a Figueroa en Génova la carta que para él traía del Emperador; hacia el 20 llegaba a Roma y daba a Silva su despacho correspondiente; y entre el 23 y el 26 de octubre hacía su entrada en la corte del virrey de Nápoles” (Nievas, 2021: 846).EFEugenia Fosalba
1-3 En una carta a
Francisco Marescalco, escrita en Bolonia en junio de 1436, Poggio Bracciolini se
expresa en estos términos: Poggius pl. sal. dicit Francisco Marescalco Ferrariensi Scripsi olim
diversis in locis ac temporibus plures epistolas ad Nicolaum Nicolum,
Florentinum virum doctissimum et mihi ab ipsa mea adolescentia summa
necessitudine a benivolentia coniunctum. Ee scripte sunt a me varis de rebus
domesticis ac privatis nostris, prout occasio temporum ac negotiorum conditio
ferebat, cum in ipsas conicerem quicquid in buccam venerat, ita ut etiam verba
quedam vulgaria, quandoque iocandi causa, inserantur. Neque enim solum
commendabam epistolis que agebantur a me aut dicebantur, sed etiam tanguam ad
me alterum scriberem, curas et cogitationes meas.
(Bracciolini, Lettere, 1984, 1, 1, 3).
5-12
estilo [...] culta epistola [...] libertad: Leges tamen ista, mi Socrates, et ut es amantissimus tuorum, fortasse
letabere, cuiusque animum probas, delectaberis stilo.[...] Nulla hic equidem
magna vis dicendi; quippe que nec michi adest, et quam, si plane afforet,
stilus iste non recipit; ut quam nec Cicero ipse, in ea facultate
prestantissimus, epystolis suis inseruit certe, nec libris in quibus est
‘equabile’ quoddam, ut ipse ait, ‘et temperatum orationis genus’ [...] hoc
mediocre domesticum et familiare dicendi genus amice leges, ut reliqua, et boni
consules, his quibus in comuni sermone utimur, aptum accomodatumque sententiis
[...] §35 exigente materia, simplex et inelaborata narratio quibusdam
interiectis moralibus condiatur; quod et ab ipso Cicerone servatum est
Petrarca, Familiarum rerum libri, 1, 13-19 et
passim. Muy llamativos resultan los ecos de la primera epístola familiar al estilo de
Cicerón de Petrarca en Garcilaso, junto con aquellos de los primeros sonetos del
Rerum vulgarium fragmenta de Petrarca (como se muestra más
adelante).RLRodney Lokaj
5-7 En estos polémicos versos metapoéticos confluyen ecos de una variedad de reflexiones procedentes de humanistas contemporáneos.
Qua igitur fronte nos exigimus a Christiano Ciceronianam eloquentiam, hoc est et inimitabilem et quam ethnici uiro graui uix decoram existimarunt? Nec statim male dicit, qui secus dicit quam Cicero dixit. Nec omnino, quod crebro repetendum est, bene dicit qui non dicit apte. Ad haec inutilis est armatura, quae cum tantum ad ostentationem ualeat, nec ad manum est, ubi res uirum postulat. Interdum res urget, ut eodem die uiginti scribamus epistulas. Quid hic faciet meus Ciceronianus? Ad haec quotusquisque nunc est, qui Ciceroniana phrasi capiatur? Quid quod Cicero uarius est in dicendo? Alius est, cum sermone remisso placidoque docet philosophiam, alius in actionibus causarum, alius in epistulis, in quibus fere neglectus est et illaboratus sermo, atque hoc ipsum decet epistulam, quae in familiaris colloquii uicem successit. An non igitur praepostere fecerit qui ea cura conscribat epistulam de re familiari, qua Cicero meditatus est orationem pro Milone?
Quod igitur theatrum petet noster Ciceronianus? Scribet epistolas ciceronianas. Ad quos? Ad eruditos. Paucissimi sunt, hi nihil morantur Ciceronianam phrasim, modo sit sana, prudens, munda, doctaque oratio. Ad quos igitur? Ad quattuor Italos qui se nuper iactare coeperunt Ciceronianos, quum ut ostensum est, nihil Ciceroni dissimulius: vixque tenuem umbram habeant Ciceronis. Quod ipsum quocquid est, si minimo constaret, si posito esset ultro, si non officeret maioribus commodis, fortasse non esset reliciendum, non sine periculo valetudinis, ut a quattuor ineptis Italis adolescentibus recipiaris in catalogum Ciceronianorum.
¶136. Calumniantur Ciceronianos nimium redundantes, elumbes, meticulosos et steriles esse: ego vero omnem orationem squallidam, male coherentem, impuram et scythicismis respersam video, nisi ciceronianam dictionem exprimere pro sua virili conetur et ad illius imitationem manum et artem dirigat. Pauca scribunt, inquiunt nostri adver-sarii: esto, quanto satius est (E5v.) pauca scribere quam multa perperam. Illa quae ab eis tractantur sunt castigatiora, sunt magis limata, sunt politiora, sunt ἀττικώτερα, sunt μυστικώτερα.
Ne putet bonus poeta uno eodemque genere semper utendum admiscenda sunt haec ipsa, et omnia simul copulanda, nec in uno diu perstandum, sed tanquam in aciem omnibus instructus armis poeta exierit, nunc hoc, nunc illo, ueluti res dicendae exegerint, utetur, oedemq; in opere nunc dicet summissius, nunc aget pressius, nunc totus assurget, et exultabit audacius, nec id temere uel arbitratu, Sed quemadmodum dicendorum ratio poposcerit, moderabitur(f.19r).
Sermo purus, in transferendis verbis verecundus, in priscis parcus, in usitatis frequens, translationibus delectetur, paulo etiam liberius et quam mollissimis, compositio placida, lenis, submissa, non verba iterentur, non venustates quaerantur, non similiter concludantur, non paria paribus referantur, nulla lumina assumantur illustria, nec psopopoeiae fiant, aut ab inferis mortui excitentur. Sales facetiaeque mirumque quod huic generi conueniant. Proprium autem est docere omnia, et dilucidiora facere, non ampliora, subtili quadam et pressa ratione, nihil sordidum, nihil captatum, nil contra ullum propositum, sensus honesti, nec altius dicti, nec magnifice, sed in sententiam coacti. Absint stimuli illi acres et subiti ictus sententiarum, furorque ille poeticus, non elatus, violentus, currens, sed effusus, purus, fluens(18r.-18v).
De textos como estos surgen las interesantes reflexiones preliminares de Garcilaso en el exordio de la Epístola a Boscán.
1-7
estilo ... distinto ...culta epistola: expolitum ... cartis / doctis
Catulo, 1, 1-7..FTFrancesco Tateo
7 culta epístola: También la voz culta puede resultar equívoca. He aquí algunos textos que iluminan el contexto en que la cita el poeta:
Itaque veteres plurimi ornari existimabantepistolam simplicitate et excultissimam esse sine cultu [cuidadísimosin que sea (o suene) culto], modo abessent sordes, ut venerabilior est ille in matrona simplex et parabilis ornatus quam splendidus et sumptuosus. Idem in viris contingit, quos effeminatos esse ducimus ac moribus parum viro dignis, si sollicitius munditiis videmus deditos, ut foedos illos et devitandos qui in squalore paedoreque computrescunt.
Culto. Viene del verbo "colo", que significa pulir y adornar; así que el lenguaje culto es un modo de hablar bien trabajado y cultivado para el púlpito; digno de materias altas y divinas que en él se predican, apacible al oído, honesto y casto, no mal sonante ni descomedido. Porque los desvanecimientos de los que el vulgo llama cultos, son risa de un grave auditorio y endechas de la religón cristiana.
10 Baldassare Castiglione, en el
Il Cortegiano traducido por Boscán, 1534, escribe acerca de la
sprezzatura, contrapuesta a la afectación, en estos términos: Pero pensando yo mucho tiempo entre mí de dónde pueda proceder la gracia,
no curando agora de aquella que viene de la influencia de las estrellas, hallo
una regla generalísima, la cual pienso que más que otra aprovecha acerca desto
en todas las cosas humanas que hagan o se digan; y es huir cuanto sea posible
el vicio que de los latinos es llamado afetación; nosotros, aunque en esto no
tenemos vocablo proprio, podremos llamarle curiosidad o demasiada diligencia y
codicia de parecer mejor que todos. Esta tacha es aquella que suele ser odiosa
a todo el mundo; de la cual nos hemos de guardar con todas nuestras fuerzas,
dando en toda cosa un cierto desprecio o descuido, con el
cual se encubra el arte y se muestre que todo lo que se hace y se dice, se
viene hecho de suyo y sin fatiga y casi sin habello pensado
(1534: 144). Véase Comentario v. 10
12
d'aquesta liberdad gozando, si modo libertas quae velit ira loqui
Propercio, 1, 1, 28FTFrancesco Tateo
17-24 Para estos versos, el
camino tan dulce y agradable, y para el "deleite" aquí
mismo también los vv. 64-65: para
la imagen del caballo llevándolo cada vez más lejos de su amigo amado, I dolci colli ov’io lasciai me stesso [...] che mi consuma e parte mi
diletta [...]
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 209:, un leitmotiv popular que finalmente reaparecerá en How heavy do I journey on the way
Shakespeare, Soneto 50.RLRodney Lokaj
25
λέγω δὲ τοῦ μὲν πράγματος μέσον τὸ ἴσον ἀπέχον ἀφ᾽ ἑκατέρου τῶν
ἄκρων
Aristóteles, Ética nicomáquea, 1106a, 5,
28, es decir: “llamo el punto medio de algo al que dista tanto de un extremo como
del otro”.EFEugenia Fosalba
28
Iba pensando: I’ vo pensando, e nel penser m’assale / una pietà sì forte di me
stesso...
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 264.RLRodney Lokaj
53
vínculo d’amor: quod uinculum amoris esse debebat seditionis atque odi causa est, idem
uelle
Séneca, De ira, 3, 34.RLRodney Lokaj
36-58 Tres características de lo que es amable, según la Ética nicomáquea:
δοκεῖ γὰρ οὐ πᾶν φιλεῖσθαι ἀλλὰ τὸ φιλητόν, τοῦτο δ᾽ εἶναι ἀγαθὸν ἢ ἡδὺ ἢ χρήσιμονAristóteles, Ética nicomáquea, 1155b, 18-20: Parece que no todo es amado, sino solo lo que es amable, es decir, lo que es bueno, placentero o útil.
δεῖ ἄρα εὐνοεῖν ἀλλήλοις καὶ βούλεσθαι τἀγαθὰ μὴ λανθάνοντας δι᾽ ἕν τι τῶν εἰρημένωνAristóteles, Ética nicomáquea, 1156a, 3-5: Es necesario tener buena voluntad hacia los demás, desear lo mejor (buenas cosas) sin pasar por alto ninguna de las cosas mencionadas.
τρία δὴ τὰ τῆς φιλίας εἴδη: Tres tipos de amistad.
οἱ μὲν οὖν διὰ τὸ χρήσιμον φιλοῦντες ἀλλήλους οὐ καθ᾽ αὑτοὺς φιλοῦσιν, ἀλλ᾽ ᾗ γίνεταί τι αὐτοῖς παρ᾽ ἀλλήλων ἀγαθόνAristóteles, Ética nicomáquea, 1156a, 11-14: Aquellos que aman por utilidad no aman a los demás por sí mismos, sino que aman por lo que pueden obtener de los demás.
ὁμοίως δὲ καὶ οἱ δι᾽ ἡδονήνAristóteles, Ética nicomáquea, 1156a, 11-14: Lo mismo ocurre con aquellos que aman por placer.
τελεία δ᾽ ἐστὶν ἡ τῶν ἀγαθῶν φιλία καὶ κατ᾽ ἀρετὴν ὁμοίων: οὗτοι γὰρ τἀγαθὰ ὁμοίως βούλονται ἀλλήλοις ᾗ ἀγαθοίAristóteles, Ética nicomáquea, 1156b, 9-10: La amistad más perfecta es la de los hombres buenos que se parecen en virtud, ya que desean el bien mutuamente.
53 El Brocense (B-92) anota un
pasaje clave de Horacio:utrumque nostrum incredibili modo / consentit astrum
Horacio, Carmina, 2, 17, 21-22, que incide en la inclinación favorable de los astros a la amistad entre
Horacio y Mecenas, a quien el poeta latino une su destino, sugerido en la advocación
de Garcilaso al “genio” que enredó sus corazones; Tamayo de Vargas (T-89) recoge este
lugar y lo amplía con otro de Amborum foedere certo. / Consentire dies, et ab uno sidere duci
Persio, Sátiras, 5, 45-46; así como confirma dicho influjo en Manilio,
Astronomicon, 2, que le parece es a quien imita
Garcilaso: Quos dat aquarius ortus, / Unum pectus habent fideique immobile
vinclum. / Magnus erit geminis amor
, aunque este final parece
distorsionado para encajar en la cita garcilasiana, pues el texto original reza: Aquarius ortus unum pectus habent fideique immobile vinclum, / magnus et in
multos veniet successus amicos
(Astronomicon, 629-632).EFEugenia Fosalba
65
locura este deleite mio: col desio folle
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 19,
5:.RLRodney Lokaj
66
Oh cuán corrido estoy y arrepentido: di me medesimo meco mi vergogno / e del mio vaneggiar vergogna è ’l frutto
/ e ’l pentersi
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 1,
11-13.RLRodney Lokaj
83 Para el Doce del mes de otubre, la propia feria sexta Aprilis de Petrarca (6 de abril de 1327), cuando Petrarca vio a Laura por primera vez mientras salía de la iglesia de Santa Clara en Aviñón. Sucede que la fecha aquí en la carta de Garcilaso a Boscán es exactamente 6 meses y 6 días después (el número seis, en la poética petrarquista, representa a Laura).RLRodney Lokaj
83-84
de la tierra / do nació, Ed or di picciol borgo un sol n’ha dato / tal che natura e ’l luogo si
ringrazia / onde sì bella donna al mondo nacque
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 4,
12-14:; Nel dolce tempo de la prima etade, / che nascer vide, et ancor quasi in
erba, / la fera voglia che per mio mal crebbe, / perché cantando il duol si
disacerba
Petrarca Rerum vulgarium fragmenta, 23, 1-4 et
passim:.RLRodney Lokaj
84-85
col desio folle che spera / gioir forse nel foco, perché splende, / provan
l’altra virtù, quella ch’encende
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 19,
5-7; Dentro pur foco e for candida neve
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 30,
31; di fuor si legge com’io dentro avvampi
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 35,
8; etc.RLRodney Lokaj
3 hasta las cosas: hasta en las cosas H
5 estilo: estillo Q
12 Y así: Et así E
12 libertad: liberted O
19 Y llévame: et llevame E
23 afán: a fan OE
31 Y luego vos: Et luego vos E
31 enjemplo: enxemplo OCE exemplo QJNsAsFSUVDAmAnAlBHT ejemplo Mr
33 y con vos: et con vos E
35 Y porque: por que O Et por que E
38 desta vuestra amistad: destas vuestras amistad Q
44 del amistad y la estrecheza nuestra: del amistad la estrecheza nuestra OCEQJNsAsFSUVDAmAnAl del amistad, y la estrecheza nuestra BT de la amistad, de la estrecheza nuestra H
46 y sé que otramente me aprovecha OCEJNsAsFSUVMr:
47 el deleite: qu'el deleite H
51 y hallo: et hallo E
52 nuestro genio: nustro genio Q
60 es gran razón: es razón grande H
60 que ya en mayor estima: que yo en mayor estima OCEQJNsUVDAmH
63 recebille: recebillo H
64 me deleito: me deleite E
67 tratamiento: tratamento Q
68 el camino de Francia y las posadas: el camino de Francia y las posadas AsSDAnAl el camino de Francia las posadas JNsFU del camino de Francia, i las posadas BHT
70 me ternéis, arrepentido: me terney sarrepentido O me terne: y s'arrepentido C me teneys arrepentido EJNsAsFUDAmAnAl me teneys: arrepentido B me terneys arrepentido QV me terneys, arrepentido S me tendreis, arrepentido H me tendreis; arrepentido T
74 vinos: vi nos E
82 abrazá: abraçad H
85 y donde: et donde E adondev As
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