Garcilaso de la Vega, Elegía II, editada por Bienvenido Morros. En: Soledad amena. Edición crítica y digital de la obra poética de Garcilaso de la Vega, dir. E. Fosalba, Pronapoli, 2024. <https://pronapoli.com/soledadamena/elegia2>. [Fecha de consulta]
La elegía se compuso en Erice, pueblo situado sobre Trápani, durante los cuatro días en que las tropas del Emperador, que habían atracado en su puerto, de regreso de la Jornada de Túnez, permanecieron en el palacio de Chiaramonte: del 20 de agosto hasta finales de mes de 1535 (Morales Folguera 2015). Es, por tanto, anterior a la Elegía I, escrita con motivo de la muerte de don Bernaldino, ocurrida ya en el camino de Trápani a Palermo. El Emperador, como afirman las crónicas italianas, se hospedó en el antiguo palacio de Chiaramonte con sus hombres de confianza, mientras sus tropas se instalaron en Erice.
El dato sobre la residencia del Emperador en el palacio de Chiaramonte en Trápani lo ofrece un manuscrito anónimo, conservado en una biblioteca de Cuomo, anexa a la Società di Storia Patria de Napoli. El manuscrito tiene dos volúmenes con el mismo título “Memorie del Regno dette del Duca d’Osuna”. En el siglo XIX la crónica fue estudiada por historiadores italianos del siglo XIX, Bartolomeo Capasso y Giuseppe di Blasiis, con una refundición del duque de Osuna “non anteriore all’ultimo decennio del sec. XVI” (Castaldo, 1929: 85). El autor o autores de la crónica narran la estancia del Emperador en Trápani con todo detalle: “Il 20 dello mesmo mese [Agosto] vi giungeva di persona con ventimilia cristiani, liberati dalla schiviatù tunisina, ed entró in Trapani stanco e un poc’ malandato dal viaggio di retorno. Si portò a abitare nel palazzo degli antichi Chiaramonti (pasato poi ai Pepoli) di fronte allá porte centrale della chiesa di San Nicola, che perciò conservó per pareggio tempo lo stemma imperiale./ Donò a la Chiesa di S. Nicola una fonte d’alabrastro turquesca, portata dell’Africa; a la parrochia de Sam Pietro un stendardo di broccato di oro, sotto il quale fu apposta una breve iscrizione; e al convento dell’Annunziata, due porte di legno coperte di ferro, anche di provinienza tunnisina /Quello però che più interessa, e che Trapani giustamante vantò, si è che quivi l’Imperator giurò, per la prima volta in Sicilia, i privilegi. E la città ne fissò perenne memoria, incidendo nel sugello cittadino le parole: “Drepanum, civitas invictissima in qua Caesar primum iuravit.” / La ceremonia, per quanto se ne contestila data, si celebrò nel Duomo (S, Agostino) e memoria ne rimane anche in una grande lapide marmórea, custodita nel locale Museo Pepoli” (Castaldo, 1929: 89-90).
En el monte de Erice, según narra Virgilio en el libro 5 de la
Eneida, Eneas celebró el primer aniversario de la muerte de
padre Anquises porque en ese monte se conservaban sus cenizas junto al templo de
Venus, madre de Eneas: Tum vicina Erycino i uertice sedes/ fundatur Venus Idaliae, tumulumque
sacerdos/ ac lucus late sacer additur Anchiseo
(vv. 759-761). Véase al respecto Herrera Valenciano (2019: 34).
Garcilaso recrea ese ambiente porque se halla hospedado (probablemente acampado,
junto al resto de la soldadesca) en un lugar rodeado de jardines, apto para
dedicarse a las musas y componer su Elegía II. El dato es
incuestionable por el testimonio de Virgilio y del propio Garcilaso. La tropa
junto a los veinte mil cristianos liberados debió de instalarse en Erice al margen
del Emperador, como también parece dar a entender La Lumia: Sull’ scorcio d’ Agosto…. L’ Imperatore approdava nel porto di Trapani;
e quivi, licenziate le galere e le soldatesche imbarcatevi, trattenavà con
asé i confidenti più intimi: il Duca dÁlba, D, Ferrante Gonzaga, i
secretarii Accades e Uries, i signori di Agillar e di Granvelles, el Conte
Benavente, il Duca di Medinaceli, il Principe di Sulmona e il Nunzio del
Papa
(Castaldo, 1929: 89-90, 3).
La elegía contiene un núcleo fundamental de carácter amoroso, al estilo de la elegía de Ovidio tanto en los Amores como en las Heroidas o las de Pontano en De amore coniugale: el poeta se dirige a su amigo Boscán para narrarle la llegada a Sicilia, desde donde se trasladará a Nápoles, ciudad en la que había dejado a una amada que no sabe si estará esperándole. Las elegías de Pontano, quizá más próximas a las demás, por constituir la guerra el motivo de ausencia entre los esposos, son Ad uxorem, “Uxorem alloquitur de militia conquerens” y “Queritur de expeditione obeunda”. Pontano lamenta haber de servir a Marte para abandonar su vida de poeta junto a su esposa, a quien demanda fidelidad durante su larga ausencia. Pontano no tiene ningún amigo al que envidiar por su otium literario junto a su mujer porque ya lo tiene, pero se queja de haberlo de dejar para irse a la guerra.
En su inicio el poema adopta una forma claramente epistolar al mencionar al interlocutor, aparte de en el epígrafe, también en el primer verso, tras el deíctico de lugar Aquí. Es precisamente el tono epistolar lo que permite al toledano la confesión íntima y personal en forma satírica que permite enlazar con el final de la elegía. Se trata de la identificación de dos bandos aparentemente contrarios entre toda la tropa de la que él también forma parte: los que han luchado buscando un beneficio económico y los que han querido convencer en público que ellos habían ido a la guerra pensando en el premio de la virtud, cuando en privado se contradecían al reconocer unos motivos parecidos a los de los primeros. Tanto en lo público como en lo privado, Garcilaso opta por un justo medio entre el bien económico y el bien moral. Las epístolas más que las sátiras de Horacio parecen ser la fuente más directa de los versos recién citados de Garcilaso.
Como los poemas de partida o de regreso al hogar, el poeta contrasta la
vida equilibrada y tranquila que lleva su amigo Boscán frente a las playas de
Barcelona junto a la que será su esposa Ana Girón de Rebolledo, con la suya en
navegación peligrosa, no sabiendo si la amante que ha dejado en Nápoles estará ya
con otro o le habrá sido fiel durante su ausencia. Esa parte de nuestra elegía
está inspirada en otra de Bernardo Tasso, la “elegia sesta a Messer Nicolò Grazia”
(Tasso, 1994: 501-502), compuesta con ocasión de su
abandono de Venecia siguiendo a su señor, el príncipe de Salerno, Ferrante de
Sanseverino, seguramente a su ciudad natal, en las campañas militares del
Emperador (Caravaggi, 2007: 165-166). Tasso también
contrapone su vida militar con la que llevará Grazia acompañado de sus cultos
amigos, Speron Speroni, poniendo di gravi noie eterno obblio
(Tasso, 1995: 301), expresión que recuerda la horaciana “amor curas habet/ haec inter
obliviscitur” en su célebre epodo que comienza “Beatus ille” (Morros 2022). Las “noie”, que equivalen a las “curas” latinas, son de
tipo amoroso. Por tanto, Tasso imagina a su amigo veneciano libre de las
preocupaciones amorosas, que no perturbarán su vida de ocio intelectual. La
diferencia con Garcilaso radica en que el toledano se halla agobiado por las
preocupaciones amorosas, frente al equilibrio emocional de su amigo Boscán,
mientras que Tasso podría ser víctima también de esas mismas preocupaciones, que
no padecerá su amigo, no por haberse casado o estar a punto de hacerlo, sino por
hallarse rodeado de hombres de ciencia. Entre las dos elegías hay unas
coincidencias bastante literales, que se pueden comprobar en la nota a losvv. 145-150 (Nota vv. 145-150BMBienvenido
Morros
Tercetos encadenados. La terza rima (o terzina encadenada, o terzina dantesca) es, por supuesto, la forma métrica de la Commedia: se trata de versos endecasílabos, que se agrupan de tres en tres (en terzine, y están en grupos más amplios, según el esquema ABA BCB CDC DED... YZY Z). Beltrami (2002: 317) recuerda uno de los ejemplos más antiguos (aparte de la Commedia), en un fragmento de la traducción al vernáculo del De consolatione Philosophiae de Boecio, llevada a cabo por Alberto della Piagentina entre 1322 y 1332. Beltrami también deja constancia de que la terza rima pronto se empleó en la poesía elegíaca y bucólica para las traducciones en vulgar, como equivalente del dístico elegíaco. Por su parte, la Comedia delle ninfe florentine (Ameto) de Boccaccio sería un precedente de la elegía en forma de capítulo ternario. Por otro lado, el nacimiento de la elegía vulgar habría tenido lugar con la Mirtia de Leon Battista Alberti (de entre 1428 y 1437, en forma de capítulo ternario, con alternancia de algún heptasílabo) y, por otro lado, se encuentran varias veces también heptasílabos en lugar de endecasílabos en la otra elegía de Alberti, la Agilitta, en forma, también esta, de capítulo ternario (Beltrami, 2002: 42). Navarro Tomás otorga implícitamente a Boscán la primacía en el uso de esta forma métrica en castellano, al citarlo con anticipación a Garcilaso: pero es poco probable que así fuera. Primero porque Garcilaso, imitando a Sannazaro, empleó los tercetos en la Égloga II en una fecha muy temprana (finales de 1532 y principios de 1533), y en segundo lugar, porque fue en Garcilaso en quien su amigo barcelonés se inspiró, siguiendo su pionera iniciativa de verter en el cauce seco de la poesía clásica las aguas de la lengua castellana (véase el Soneto XXIV; Fosalba, 2019: 220 sugiere que Boscán tardó un lustro en publicar la obra conjunta en los talleres de Carles Amorós porque empleó ese tiempo en escribir su obra de corte neoclásico, continuando el camino abierto por Garcilaso). A continuación, Navarro Tomás recuerda los intentos de Hurtado de Mendoza y Gutierre de Cetina en sus epístolas, así como de Herrera en sus numerosas elegías y Barahona de Soto en elegías, epístolas y sátiras. Por otra parte, Don Juan de Almeida y el Brocense emplearon los tercetos en la traducción de una oda de Horacio con el pie quebrado de un heptasílabo que repite la rima de los endecasílabos precedentes, aBB: bCC: cDD, etc. Cf. Navarro Tomás (1986: 208-209).EFEugenia Fosalba
1-2 ‘Aquí […] donde el Mantuano (Virgilio) custodia, guarda ('conserva') la ceniza del buen troyano Anquises [padre de Eneas] con eterno nombre y vida’. Murió en Trápani (Virgilio, Eneida, 3, 707-710), pero sus cenizas se conservan en Erice (Virgilio, 5, 25-26, y 759-761) en el monte san Giuliano, al que se refiere, como hace Virgilio, Garcilaso en el v. 28. Erice, fundador de la ciudad que le da su nombre, era hermano de Eneas. Véase Loci similes vv. 1-2 BMBienvenido Morros
4–5 ‘… bandera ilustre, insigne/ de Carlos V, llamado César Africano', en recuerdo de emperadores romanos que habían obtenido grandes triunfos en esa parte del mundo. Véase Comentario vv. 4-5 BMBienvenido Morros
5-6 ‘nos hallamos, / recogida, la vencedora gente’. Garcilaso recurre al plural mayestático (en vez de "me hallo") en un gesto de modestia para captar la benevolencia de sus lectores.BMBienvenido Morros
7-11 ‘diferentes en afanes (estudios): que unos vamos deseando con ansia recoger del cansancio el fruto que con el sudor sembramos; otros aducen la virtud como amiga y recompensa de sus obras’. Véase Comentario 7-11.BMBienvenido Morros
13 ‘de esos otros’, es decir, de los primeros, ‘difieren en lo público’, porque en lo privado vienen a decir lo mismo que los otros.BMBienvenido Morros
17 ‘quise empeñarme (obligarme) en conseguir (procurar) hacienda (patrimonio)’.BMBienvenido Morros
19-20 La estrecha senda lo es de la virtud y el sacrificio; la otra vía es la ancha, símbolo de los placeres y los vicios. Véase Loci similes v. 19BMBienvenido Morros
21 caminar: ‘ir de un lugar a otro, sea a pie, a caballo, en carro’. La rienda es metáfora del pensamiento virtuoso, como en la epístola siguiente, que al llegar la noche es otro ya muy distinto, porque lo ha llevado por el camino opuesto.BMBienvenido Morros
22 Mas, ¿dónde me llevó la pluma mía...: esta pregunta resulta muy indicativa de la reflexión metapoética, así como de la capacidad absolutamente innovadora (no solo en el panorama poético español, también italiano y europeo), que hay tras estos intentos neoclásicos, tras la estela horaciana, por parte de Garcilaso. Véase Loci similes v. 22
21-24 Mas, ¿dónde me llevó la pluma mía, / que a sátira me voy mi paso a paso, / y aquesta que os ecribo es elegía?: esta reflexión meta-poética sobre el género en que el autor escribe se da en varios momentos en Garcilaso, como también en el exordio a la Epístola a Boscán, medita en voz alta acerca del estilo adecuado a una misiva.
26 su proceso: ‘el cumplimiento de un fin determinado’; en este caso, la composición de una elegía, en vez de la sátira (Vega, 2004: 209n.), como con más precisión también ha notado Gargano, 2014: 87-88: “[Garcilaso] confiesa la fidelidad por él siempre acordada, en su relación con las musas, a un estilo poético: el dulce estilo al que es connatural el tema amoroso”.BMBienvenido Morros
28 El monte espeso (‘compacto y denso’, pero también ‘penoso, dificultoso’) es Erice, situado en el monte de San Giuliano, que para Garcilaso, como narra a continuación, acaba siendo su monte de las musas con bosques y jardines. Es el lugar en que había sido enterrado Anquises, como hemos dejado claro en la nota introductoria.BMBienvenido Morros
29-33 ‘subsisto a las diversidades no si dificultad, pero no por eso abandono a las musas, sino que vuelvo y voy de ellas, según lo acordamos, y así, al variar de oficio, el de las armas por el de las letras, me entretengo con las musas’. Véase Comentario vv. 29-33.BMBienvenido Morros
35 El duro afán (‘dura fatiga’) y lagrave pena (‘grandes tormentos’) son las provocadas por la lucha armada.BMBienvenido Morros
37-39 ‘De aquí iremos a ver la patria de la Sirena, que bien muestra haber sido antiguamente ya llena de amor y ocio’. Véase Comentario vv. 37-39.BMBienvenido Morros
43 desparcido: ‘desperdigado, derramado’ y también ‘desocupado’.BMBienvenido Morros
43-45 El frío temor lo causan los celos de suponer a la amada napolitana ocupada con otro amante. Véase Comentario vv. 43-45.BMBienvenido Morros
46 de mi bien: ‘de mi amada’; el uso redundante, en el v. 47, de lo, que anticipa ya el verso siguiente (no niego que viviera con mayor seguridad), puede deberse a un reflejo de la lengua oral, muy apropiado para una elegía que no deja de ser una epístola familiar. Por tanto, cabe descartar cualquier tipo de error o en la puntuación o en una confusión de lo por yo.BMBienvenido Morros
46-69 Garcilaso equipara el deseo amoroso con la fragua de un herrero y el agua que éste utiliza con la ausencia: el fuego de la fragua se aviva con poca agua (al igual que el amor cuando la ausencia es breve), pero el fuego se apaga si se le echa mucha agua a la ausencia). El toledano había abandonado Nápoles a finales de mayo de 1535 para dirigirse a Cagliari y entró en su ciudad adoptiva el 25 de noviembre del mismo año: son seis meses casi completos de ausencia. ‘La breve ausencia produce el mismo efecto (hace el mismo juego) en la fragua de amor que el agua moderada en el fuego de la fragua ardiente, la cual [el agua moderada] verás que no solo no suele apagarlo (matarmatar), sino que le da más fuerza (refuerza) con ardor más intenso y elevado (eminente), porque un contrario (el fuego), con la poca fuerza de su contrario (el agua moderada), para vencer en la lucha [de encenderse o apagarse], da mayor fuerza al brazo y le pone más robustez./ Pero si el agua se disemina y derrama sobre el fuego con mucha abundancia, el humo del fuego apagado sube al cielo, el sonido del fuego apagándose se oye […]/ Así la ausencia larga, que ha diseminado su agua en abundancia, apaga el fuego que el amor tenía encendido;/ de tal suerte deja el fuego, que la mano lo toca sin peligro en el momento en que el fuego en apariencia (el humo) y sonido (el que hace al apagarse) se desbarata’.BMBienvenido Morros
53 Frente a la variante del Brocense (véase aparato crítico v. 53, el verbo refuerza es el correcto porque lo acompaña un complemento circunstancial de cantidad (v. 54 con ardor más intenso y eminente) y porque concentra, mediante la figura etimológica (v. 55 fuerza que esfuerza) y la políptoton (refuerza y 57 esfuerza), el vigor expresado en los versos siguientes. B se percata de la gradación de estos versos: ‘el fuego se opone a la poca fuerza del agua (porque su cantidad es moderada), pero toma fuerza (su valor esfuerza) al hacerle frente para superar esa poca fuerza, y el resultado de ese contacto o lucha es que el fuego añade nueva fuerza (refuerza) a la fuerza inicial para encenderse mucho más’; pero al optar por el mismo verbo en ambos casos, el primero intensificado por aun, monosílabo en la época, usado “para ponderar y exagerar el concepto” (Diccionario de Autoridades), con el sentido de ‘incluso’, empobrece el estilo de Garcilaso al hacer desaparecer una de las dos figuras etimológicas (refuerza […] la poca fuerza) y la políptoton (refuerza y esfuerza).
55 Según el Brocense, “Es de Ariosto en las
Rime, 12.” (B-85), 280. Debe referirse
a los versos de la composición 16, O vero o falso che la fama suone", en que se refiere al efecto que surte
la ausencia de amor: "Ché, s'un contrario all'altro è medicina, / non so
perché, da l'un pigliando forza, / per l'altro la mia doglia non dechina./
Piglia forza da l'uno e non s'ammorza / per l'altro già; né già si minuisce,
/ anzi più per l'absenza si rinforza.
(22-27) Más adelante se referirá Ah crudo amore...
, como aquí en el
v. 94, y como antes se ha
referido al ferro, il foco e l'altre opre di Marte
(v. 34), que recuerda todo el
pasaje sobre la fragua de amor (vv.
49-69) y el hierro de que se ve traspasado agudo y fuerte
(v. 105).
70-84 ‘Yo solo estoy fuera de este extremo […]/ y pienso que debe de ser la razón la que permita la causa de este efecto (es decir, el motivo que produce que la ausencia larga haga crecer el amor en lugar de disminuirlo),/ que a mí solo se me manifiesta entre todos los amantes,/ porque como yo estaba eternamente supeditado por el cielo y destinado al amoroso fuego al que me arrojo (meto); así para poder ser apagado (amatado),/ la ausencia debe ser sin límite (término), infinita, y sin un tiempo limitado./ lo que no hay razonamiento que permita tal cosa,/ porque, por más y más que ausencia dure,/ la ausencia se acaba con la vida, que es finita’. Véase Comentario vv. 70-84.BMBienvenido Morros
83 por más y más: Herrera detecta que es frase vulgar (H-375).
85-93 ‘¿Pero a mí ¿quién habrá que me garantice/ que mi fortuna inestable, ayudada por sus cambios y olvido, no conspire contra mí? ¿Este temor [de la inestabilidad de la fortuna] atormenta, molesta a la esperanza y aflige y debilita el deseo,/ a consecuencia de todo lo cual, mis ojos se apartan del descanso;/ con ellos ahora veo solamente/ este dolor que rompe el corazón,/ y con él y conmigo mismo aquí (en Erice) me peleo?’. Véase Comentario vv. 85-93.BMBienvenido Morros
94-102 ‘¡Oh cruel (crudo), oh duro, severo (riguroso), oh fiero Marte,/ cubierto por una túnica de diamante y endurecido siempre en todas las partes de tu cuerpo. ¿Qué puede hacer el dulce amante […] llevado siempre a la vanguardia (delante) por el furor o llevando siempre por delante el furor?/ Ejerciendo para mi mal tu deber (oficio), soy vuelto a unos límites/ que la muerte será mi último provecho (beneficio)’. Véase Comentario vv. 94-102.BMBienvenido Morros
99 Sobre la ambivalencia (bélica y amorosa) del furor de Marte, Véase Comentario vv. 94-102.
103-120 ‘Y la suerte adversa no permitió que ésta [la muerte] me ocurriese peleando, traspasado por hierro puntiagudo y fuerte,/ para que contemplase mi amado y dulce fruto en mano ajena,/ y su insensible y cruel posesor burlándose de mí/ ¿Mas adónde me transporta y me convierte en otro el triste miedo de los celos causado por mi propio sentido? [El triste miedo me transporta] a parte llena de vergüenza y dolor, donde, si el mal [el que mi amada esté con otro amante] viese, según con esperar verlo estaría fuera de mí (perdido), / ya no podría aumentar mi desgracia en nada. / Así lo pienso ahora, y si él [el mal] ya hubiera llegado en la forma y figura de mi rival, tendría el presente por mejor conveniencia (partido)’. Es lógico este último razonamiento porque en el actual presente aún no habría obtenido la evidencia del engaño de su amada, planteada en condicional.BMBienvenido Morros
114 un dedo: Herrera detecta este giro coloquial, y lo localiza a su vez en la Égloga II (...yo no puedo / mover el paso un dedo) (H-388).
121-135 ‘Yo sé que es tener esperanza, aunque solo sea por poco tiempo, del bien del propio engaño [el que la amada no tiene ningún amante] y solamente pensar en él, como sucede al enfermo digno de compasión, a quien, por una parte, el verdadero y sensato amigo,/ le revela la gravedad del mal de su enfermedad, y le aconseja que el alma, liberada con vuelo ligero, comience a levantar del cuerpo humano a mejor lugar [el paraíso];/ mas la sensible mujer, por otra parte, no pudiendo desengañarlo, le encubre la mayor parte de su enfermedad; él [el enfermo], comprendiendo su dulce engaño,/ dirige los ojos a la voz piadosa de su mujer,/ y se alegra al morir a causa de su enfermedad./ Así yo aparto los ojos de cualquier cosa,/ y los pongo en el pensamiento solo de la esperanza, cierta o mentirosa;/ muero contento en este dulce error,/ porque al ver claro y al conocer la situación en que estoy [la de mi amada en brazos de otro hombre],/ no puedo ya curar la enfermedad que padezco,/ y acabo como aquél que metido en un templado baño, muere sin darse cuenta, teniendo las venas dulcemente abiertas, con la sangre derramándose’. Véase Comentario vv. 121-135.BMBienvenido Morros
145-153 ‘Tú, que en tu lugar de nacimiento [Barcelona] /, con quien bien te quiere, la deleitosa playa […]/ y oyendo el sonido del mar que golpea contra ella […]/ alégrate, porque más hermosa llama, que aquella que pudo causar el encendimiento de la ciudad de Troya, el corazón te inflama’. Véase Comentario vv. 145-153.BMBienvenido Morros
154-159 ‘no has de temer el movimiento de la fortuna, que, al cambiar de signo, el puro resplandor del sol serena el viento. Yo, como mandado soldado que lucha por una paga (conducido mercenario), voy a dónde la diosa Fortuna, a mi pesar, me envía si no es a morir, que es muerte voluntaria’. La fortuna también podría tener aquí secundariamente el sentido más específico de ‘tormenta marina’, que consigue aplacarse con el soplo contrario del viento. En ese caso, el sujeto de serena (‘calma’, pero también ‘deja sin nubes’), por lógica, debería ser el viento, pues con su intervención ha cambiado la meteorología, pero dejaría como complemento directo a el puro resplandor, que es el brillo inmaculado del sol, con el cielo despejado de nubes. BMBienvenido Morros
160-165 ‘Un engaño tan débil solo sostiene (‘mantiene en pie’) mi esperanza,/ que es necesario (es menester) cada día forjarlo como si fuera la primera vez (hacello de nuevo), y si no lo creo y renuevo, mi esperanza deja de sostenerse y también da conmigo en el suelo, de tal suerte, que, inútilmente, intento levantarla’. El engaño consiste en pensar que su amada le sigue siendo fiel y que no está con otro. Es una tópica estrategia del celoso para protegerse a sí mismo, como el propio Garcilaso explica en el Soneto XXX. Véase Comentario vv. 160-165.BMBienvenido Morros
166-168 ‘Mi servicio amoroso consigue este premio, / que únicamente en el infortunio (miseria) de mi vida/ fortuna negó su habitual cambio’.BMBienvenido Morros
169-171 ‘¿A dónde podré huir que, sea de mí arrojada la pesada carga, que aprieta mi cerviz enflaquecida?’ La imagen que usa Garcilaso es la metáfora del yugo de los bueyes en que va sujeta la pértiga del carro en que lleva toda la carga. El yugo era un artefacto de madera que como si fuera un collar se ponía en el cuello de los bueyes. Véase Comentario vv. 169-171.BMBienvenido Morros
172-192 ‘Si adonde el sol ardiente refleja sus rayos con mayor resplandor (reverbera) / en el desierto arenoso de Libia,/ engendrador de toda cosa venenosa (ponzoñosa),/ a donde [el sol ardiente] es vencido por la helada (rígida) nieve y por el helado viento, parte donde no se vive ni se habita (mora); si a una de estas dos partes mi locura (desvarío) o fortuna me llevase un día, y allí [en una de las dos partes] me consumiese (gastase) el tiempo de vida que me quedara,/ el celoso temor con mano fría […] me maltrataría, me dañaría (apretarían) el triste corazón; y en el frío (rigor) del hielo, en la tranquila, serena/ noche, soplando el viento cortante y excesivo (agudo y puro),/ que el curso veloz del agua frena, y espero poco a poco consumirme por este vivo fuego en el que me agoto (apuro)’. Son versos en general que desmienten la eficacia de la huida o la lejanía como remedio de amor. Véase Comentario vv. 169-171.BMBienvenido Morros
192-193 Este allí, donde el poeta no podrá estar seguro de seguir estando celoso o de estar vivo, es una de los dos partes que ha establecido como límite de sus sentimientos. Este diverso no parece tener nada que ver con las “diversidades” de sus compañeros de tropa, y sí con los diversos lugares y climas en que imagina dirigirse para intentar mitigar sus celos.BMBienvenido Morros
4-6 Las tropas acababan de regresar triunfales de la Jornada de Túnez, habiendo conseguido expulsar de la Goleta a Barbarroja, que exactamente un año antes, en el verano de 1534, había humillado al Virrey de Nápoles destruyendo a sus anchas la costa de Calabria sin encontrar resistencia alguna y desviándose después hacia África, y conquistando la Goleta, desde donde desafiaba a los imperiales y las costas de Italia. Sobre esta Jornada y la participación de Garcilaso en ella, véase Fosalba (2019: 180-200).
7-11 En la primera de las epístolas, Horacio
saca a relucir su hipocresía porque en público es estoico defensor de la virtud,
pero en privado lo es del hedonismo y el vicio: Nunc agiles fio et mersor civilibus undis/ Virtutis verae custos rigidus
satelles;/ Nunc Aristippi furtim praecepta relabor/ Et mihi res, non me
rebus, subiungere conor
Horacio, Epístolas, 1, 16-19. En esa misma epístola no parece plantear como dicotomía lo que
públicamente sí lo es en Garcilaso: primero el dinero y después la virtud: O cives, cives, querenda pecunia primum est;/ virtus post nummos
(1, 53-55). En sus Sátiras, Horacio se refiere, como aduce Gargano (2011: 92), a la clásica sentencia quot
homines quot sententiae, formulada en términos cercanos a nuestro
poeta: saltat Milonius, ut semel icto/ accessit fervor capiti numerusqiue
lucernis;/ Castor gaudet equis, ovo prognatus eodem pugnis; quot capitum
vivunt, totidem studiorum milia
(Horacio, Sátiras, 2, 1). Garcilaso emplea el latinismo semántico "estudio" tal vez por influencia
de estos versos, pero en el pasaje no se menciona ninguna hipocresía, sino los
distintos afanes de dos hermanos y de Milio. El propio Gargano, para este pasaje
enlazado con los vv. 37-39,
también había propuesto como modelo unos tercetos, muy horacianos, de la
Sátira III de Ariosto: Degli uomini son varii li appetiti:/ a chi piace la chierica, a chi la
spada, a chi la patria, a chi li stranni liti […]/ Il servigio del Duca, da
ogni parte/ che ci sia bona, più mi piace in questa: che dal nido natio raro
si parte
(Ariosto, Orlando furioso, 52-54 y
67-69). De hecho, Ariosto acaba confesando que nunca se había marchado del todo
del lugar donde siempre tiene su corazón (Orlando
furioso, 70-72).BMBienvenido
Morros
7-11 Cicerón convierte en crítica lo que en el
toledano en principio es una dicotomía: Male enim se res habet, cum quod virtute effici debet, id temptatur
pecunia
(De officiis, 2, 6, 22).BMBienvenido
Morros
21-23 Garcilaso respeta las leyes clásicas de los géneros literarios, siendo consciente de que las fronteras entre ellos a menudo son poco claras. Nuestro poeta introduce la figura retórica correctio o dubitatio (así la llama Lope de Vega a propósito de este pasaje de Garcilaso) para dar a entender que ha estado cultivando otro género, la sátira, que ha consistido en el vituperio de sus compañeros, ya que ninguno parece practicar la virtud en público. Garcilaso sigue la concepción horaciana de sátira, "musa pedestre" (6, 18), poco poética y cercana a los sermones. Estos cambios se producen en Horacio en el epodo (a veces elegía amorosa, como el 12, pero otras, sátira), la epístola y la propia sátira. Parece cierto, como sugiere Gómez Moreno (2003), que a la elegía le correspondía un estilo medio. Sobre el estilo bajo de la epístola, al que aquí se acerca peligrosamente Garcilaso porque se trata de una elegía epistolar, y acerca de la citada figura correctionis, que hizo las delicias de poetas posteriores, como Antonio Hurtado de Mendoza, Francisco de Rioja, o Lope, entre otros. Cf. Fosalba (2011: 359-361, 369) BMBienvenido Morros
27 Este tipo de enálage en que el
poeta se alude a sí mismo en tercera persona, mencionando su nombre (en este caso,
Garcilaso), estaba muy extendida en la poesía latina, como demuestra Herrera
aportando numerosos ejemplos al respecto: Virgilio,
Eneida, 3, 443; Geórgicas, 4, 563; Catulo, 8,
1, y Propercio, Elegías, 2, 8, 17; 34,
93-94 (H-363). Puede añadirse también, entre los españoles,
a Juan de Mena, Laberinto de Fortuna, 3,
123-125: non fallaréis así luego/ cada día un Johan de Mena
, y Laberinto de Fortuna, 5, 183-185: mas vuestro galardonar/ quiera de tanto pesar/ guarescer un Juan de
Mena
. (Mena, 1994: 10 y 21).BMBienvenido
Morros
29-33 La idea de que los males de amor se
combaten con el cultivo de las musas procede ya de Teócrito, Idilios, 11, 1-2: Ninguna otra medicina, Nicias, hay contra amor, ni ungüento, ni polvo
alguno; sólo las Piérides
.BMBienvenido
Morros
37-39 Garcilaso se hace eco de una idea común
entre los poetas napolitanos, como Agnolo Firenzuola en sus Rime:
Nella bella Partenope, ch’un nido/ fu già di cortesie, d’Amore un
seggio
. En la elegía dedicada a Francesco Guidati, compuesta entre 1520
y 1530, Luigi Alamanni acusa a su amigo de arrebatarle el nido que tenía en
Florencia aprovechando su ausencia: Ben ch’io qui sia lontan […]/ Ah dolce amico, dir non voglio infido/ ma
poco forte, a che turbando vai de’ miei primi pensier l’antico nido?/ […]
Chi prende or le mise rose
(vv. 3, 13-15 y 37; Alamanni (1859: 39-40). Bernardino Martirano alude a la ciudad napolitana en los mismos términos
que toda la tradición anterior: Da la nobil cittade agli ozi nata,/ che’l nome tien de la bella
Sirena
Il pianto d'Aretusa, 6, 1-2 (Martirano, 1993: 60). Cosme Anisio dirige un
epigrama precisamente a Martirano para asombrarse de la dulzura con que el amigo
de Cosenza suele invocar Nápoles cuando Cosme cultiva las musas estando luchando
en la guerra: Quod dulcis patriae me saepe. Et dulcis ad ipsum/ Parthenopes gremium
Martyriane uocas […]/ Ne procul hinc Musa est, terrores inter et hostes,/
quos nunc militia dira licentia habet
(Anisio, 1533, fol. 67r). Habiendo publicado el epigrama en 1533 es posible que la guerra a la que
alude sea la de Ratisbona contra el turco un año antes: ya en ese momento
Garcilaso puedo conocerlo porque en esa edición le dedicó un epigrama (Morros 2024, en prensa). Parténope es la sirena asociada a
Nápoles porque su cuerpo se enterró en el lugar donde con el tiempo se construyó
la ciudad. La versión más aceptada es la que convierte a Parténope en una sirena
que se arroja al mar ante el poco caso que le hace Ulises cuando la oye cantar. El
cadáver es arrastrado por las aguas hasta las costas napolitanas. Es difícil
identificar la fuente que difundió la leyenda porque no es la
Odisea de Homero, a pesar de que se la atribuyen muchos autores,
pero parece que empezó a forjarla el poeta griego Licofronte de Calcis en su poema
Alexandra, donde menciona a las tres sirenas arrojándose desde
las rocas al mar: Y [Odiseo] matará a las tres hijas del plancton de Tetis,
que aprendieron los cantos de su armoniosa madre, y con saltos suicidas desde
el elevado acantilado se precipitarán con sus lamentos en las olas del mar
Tirreno, donde las llevará el fatal tejido del destino. Una de ellas, devuelta
a la playa, será acogida por la Ciudadela de Faleros y por el Glanis, que ama
la tierra con sus corrientes. Los habitantes erigirán la tumba de la doncella
y, anualmente, rendirán homenaje a Parténope como diosa alada con libaciones y
sacrificios.
(713-721). El mitógrafo y astrónomo Cayo Julio Higino
relaciona también el castigo con Ulises pero sin vincularlo a ninguna sirena en
concreto: Un oráculo les había vaticinado que vivirían hasta que alguien,
al pasar delante de ellas, no escuchara su canto. Ulises fue malvado con ellas,
pues con astucia, cuando navegaba ante las rocas en que ellas habitaban, hizo
que se arrojaran al mar. Ellas dieron el nombre De las
Sirenas a este lugar que está situado entre Sicilia e Italia
.
(Higinio, Fábulas, 141, 113 ). Higinio
en otras de sus fábulas, resumen de la Odisea, insiste en ese
castigo sin mencionar para nada a ninguna de las sirenas: Llegó entonces
hasta las sirenas, hijas de la musa Melpómene, que tenían la parte superior del
cuerpo de mujer y la inferior de pájaro. Su destino era vivir así hasta que
algún mortal, al oír su canto, no pudiera pasar de largo. Ulises, advertido por
Circe, hija del sol, tapó con cera los oídos de sus compañeros y ordenó que a
él lo ataran al mástil. Así podrían pasar
. (125, 124). En el contexto
odiseico se conserva una vasija del Museo Británico, fechada en torno al año
470a.C., y en la que aparecen tres sirenas, pero solo una se precipita al mar,
mientras las otras dos se mantienen de pie sobre las piedras (Brioso, 2013: 53, 32). En el siglo XVI el polígrafo Luca Contile es el
primero en asociar el castigo con Parténope, pero en su versión el mar la rechaza
para que la ninfa en cuestión pueda ser enterrada honoríficamente: Napoli, chiamata Partenope, che fu una delle tre sirene, secondo
Licofronte, sorelle, le quali. no hauendo potuto pur con loro belleza e
eloquenzia trattenere Ulisse, in mare per disdegno si precipitorno. Imperò
Partenope, ributtata dall’onde, fu honoramente sepolta, e la giuventù cumana
poi a nome perpetuo di Partenope quivi una bellissima città edificarono per
essere ancor quel paese fertile e giocondo, fu rifatta dopo molti anni da’
Graeci e nominata Napoli
(Contile, Ragionamento sopra la proprietà delle
imprese 2, 1574: 42r).BMBienvenido
Morros
40-43 El Cariteo también recurre al doble
sentido de refugio de aves y hogar: Qual rossignuol, che nell’usato nido/ ritornando non trova i figli cari
[…]; tal io, con basso e lagrimoso strido/ e col cor pien di più concetti
amari,/ tornai quel dì dal colle amato e fido/ senza veder vostr’occhi
honesti e chiari
(Cariteo, Rime, 16). La misma comparación introduce en la Égloga I, 324-337, con
la misma imagen de alguien (en ese caso, la muerte) arrebatándole a la amada que
tenía su nido en el corazón del poeta: Ella [la muerte airada] en mi corazón metió la mano, / y de allí me
llevó mi dulce prenda, / que aquel era su nido y morada
(341-343).BMBienvenido
Morros
43-45 Garcilaso adopta una de las fórmulas más
típicas de Virgilio en su Eneida, 2, 120; 12,
447 , para referir en la segunda cita a los celos de Turno al ver a Eneas
(la primera se refiere a la impresión que causa en el pueblo el oráculo de Apolo
de sacrificar a Polixena): obstipuere animi gelidusque per ima cucurrit
ossa tremor
. Otros autores lo imitaron, como Ovidio, Amores, 3, 14, 38: perque meos artus frígida gutta fluit
.BMBienvenido
Morros
50-63 La imagen del herrero que aviva el fuego con agua en su
fragua, pero sin ninguna vinculación amorosa, la reconoce Herrera (H-370) en Pontano, De rebus coelestibus, libri 14, 1 :
El hervor de Marte se recoge mucho más en sí y cobra más encendidas
fuerzas por la naturaleza del escorpión que le contradice, como el herrero que,
estando encendidos y abrasados los carbones en la hornaza, los rocía con alguna
agua, con que el fuego se aprieta y fortifica más en sí, y dentro se calienta y
hierve más, como antes ardiese sin ese ímpetu, por no tener contrario que lo
encendiese
[Fervor enim Martius magis magis que in sese ipse cogitur, uiresque
aestiosiores suscipit ob aduersariem scorpii naturam, quemadmodum faber duro
ferrarius efferuescentibus in fornacula carbonum aqua superinspergit, qua e
re ignis ipse cogitur ampliusque intus qua antea quidem sparsim efflabat,
nullo penitus aduersante;
]. El mismo Boscán debió de escribir el soneto (2, 85) en que parece
contestar a estos versos de su amigo: Quien dice que’l ausencia causa olvido/ merece ser de todos olvidado. /
El verdadero y firme enamorado/ está, cuando está ausente, más perdido. //
Aviva la memoria su sentido
(Boscán, 1999: 194). Estos versos fueron aprovechados por Benito Arias Montano en su paráfrasis
del Cantar de los cantares: Mas con nuevos ardores/ abrasa mis entrañas do se encierra,/ que cuando
se destierra/ de mí tu presencia/muero por te buscar/ y nunca te apartar,
porque me da gran pena la tu ausencia, / y siempre estoy en quejas/ cuando
de mí, Teolampo mío, te alejas […] Debajo de los cielos,/ no hay llama tan
ardiente, [f]uego que tanto dura,/ que no sea gran frescura, si a la llama
de amor se represente; no la podrá apagar/ cuanta agua hay en los ríos y en
el mar
(Arias Montano, 2016: 152-153); y también por Cervantes en La Galatea, 1: -¡Ay, claras y frescas aguas!, ¡Cuán poca parte es vuestra frialdad para
templar el fuego que en mis entrañas siento! Mal podré esperar de vosotras,
ni aun de todas las que contienen el gran mar océano, el remedio que he de
menester, pues, aplicadas todas al ardor que me consume, haríades el mesmo
efecto que suele hacer la pequeña cantidad en la ardiente fragua, que más su
llama acrecienta
(Cervantes, 2014: 56, 161 y 619).
64
ausencia larga, se contrapone aquí a la breve ausencia del v. 49. Veronica Franca defiende en una de sus
epístolas la idea de que la ausencia y la lejanía mitigaban la pasión amorosa:
Risposta della signora Veronica Franca, con una explicación de
su contenido: Non potento ella, invaghita d’un uomo a lei caro se tutii, corrispondere
ad altro affetto, s’è allontanata da Venezia, perché nella sua assenza si
mitighi l’ardore di chi l’ama senza speranza
(Rime, 10).BMBienvenido
Morros
70-84 Garcilaso trata como silogismo una idea
que también desarrolla Diego Hurtado de Mendoza: Solo era dado a mi suerte, / sufrir tan pesada carga, / porque una
ausencia que es larga/ no es ausencia sino muerte.// Muerto porque causa
olvido,/ que el amador apartado/ es muerto si es olvidado,/ muerto, mas
tiene sentido
(Mendoza, 1992: 348). Hurtado de Mendoza alude a la muerte metafórica, producido por el desamor
de su amada.BMBienvenido
Morros
85-93 En los primeros versos de este pasaje,
podría haber una reminiscencia de Tasso, Rime, 1, 89, 8-9: Ma Fotuna rubella a le mie voglie/ con Amor congiurata a farmi
oltraggio”; pero también en unas coplas de Jorge Manrique: Quien no
estuviere en presencia/ no tenga en fe confianza,/ pues son olvido y
mudanza/ las condiciones de la ausencia.// Quien quisiere ser amado/ trabaje
por ser presente,/ que cuan presto fuera ausente/ tan presto será olvidado;/
y pierda toda esperanza/ quien no estuviere en presencia,/ pues son olvido y
mudanza/ las condiciones de ausencia
(Manrique, 1993: 113; 2000: 166). En los versos finales, nuestro poeta parece establecer una yuxtaposición
entre spes y requies, como ya hace Virgilio,
Eneida, 12, 57-38, y también Sannazaro, Piscatorias, 1, 60-62: Quis mihi, quis tete rapuit, dulcissima Phylli,/ Phylii meae quondam
requis et spes unica vitae,/ nunc dolor aeternusque imo sub pectore
luctus?
. Garcilaso ha podido tener en cuenta al poeta napolitano cuando enfatiza el
dolor que en ese momento experimenta por haber perdido la esperanza y el descanso:
con ellos solamente agora veo/ este dolor que'l corazón me
parte, nunc dolor aeternusque imo sub pectore luctus?
BMBienvenido
Morros
94-102 Marte, dios de la guerra, es calificado
con los atributos que le eran propios, y en una ocasión Garcilaso le aplica un
sustantivo susceptible de dos interpretaciones: el furor del v. 99 puede
referirse al propio dios o al dulce amante. Cf. esta misma duplicidad de la voz
furor (bélica y amorosa) la encontramos en el primer
verso del Soneto XXXIII( Fosalba, 2019:
195). La imagen de Marte vistiendo una túnica de diamante procede de
Horacio, como ya señaló el Brocense: quis Martem tunica tectum adamantina
Carmina, 1, 6, 13) (B-87), que cuenta con una larga tradición desde Homero, Ilíada, 5, 859, 704 y 86, 6 , que usa la
expresión el broncíneo Ares. En los Himnos homéricos [a
Ares], 8, 5 , se presenta a Ares también con una
armadura de bronce. El autor que emplea la palabra "túnica", aunque
no para referirse a Ares, sino a las distintas armas de cualquier guerrero, es Varro, De lingua latina, 5, 116: ex anullis férrea tunica
. Herrera (H-383), para aportar algo más que el Brocense, saca
a relucir a Lodovico Paterno, poeta que frecuentó Nápoles, pero casi dos
generaciones posteriores a Garcilaso. Es la elegía 14, de su libro 3 de Le
nuove fiamme (Lyon, 1568): ne perchìo segua il furibundo Marte/ di tunica coperta
adamantina
(25-26) (H-383-384). Es posible que Paterno imite directamente a Garcilaso porque
en esa misma elegía reproduce unos famosos versos de Garcilaso, de la
Églgoa III, dedicados seguramente a María Cardona:
prender ora l’espada, ora la penna
(v. 36). Luigi Tansillo en
uno de los sonetos que dedica a nuestro poeta también había recordado la
expresión: ch’or Marte et or Apollo
(Égloa III, 39,
5; Tansillo, 2011: 301, además de Toscano, 2012 y 2023: 212).BMBienvenido
Morros
103-120 La juntura y la idea de los versos
iniciales del pasaje recuerdan otra de Atalanta sobre su pretendiente Hipómenes,
dispuesto a morir por casarse con ella: ut pereat,/ si me sors illi dura negari?
(Ovidio, Metamorfosis, 10, 19). La burla del rival hacia el poeta podría estar sugerida por otra de amor
al amante en Boscán, 2, 94, 1-2: Amor de mis engaños no se harta;/ burlando está de mí de punto en
punto
(Boscán, 1999: 221); y sin duda se ha de poner en relación (tal vez autobiográfica) con la
queja de Salicio por la infidelidad de Galatea en la Égloga I:
y cierto no trocara mi figura/ con ese que de mí s’está reyendo
(179-180). El trasfondo de la escena puede proceder de unos versos de Fracastoro
que presenta a Galatea riéndose de Polifemo: At tu, tuta mari magno, Cyclopis amores/ despiciens, ridensque minas et
inania verba
Carmina, 39, 18-19 (Fracastoro 2013).BMBienvenido
Morros
121-135 Este símil desarrolla otro de Ausiàs
March en que sólo interviene el médico (nunca la mujer) con el cargo de
consciencia de mantener en secreto el peligro que corre la vida de su enfermo, y
aunque el cuerpo se pierda, hay que salvar el alma para que pueda rendir cuentas
de su vida antes de morir: Tot metge pren carech de consciença,/ si lo perill al malalt té secret;/
lo cors hi pert, mas l’arma’n bon lloch met:/ comptes mortals port’en
reconevença. La coincidencia es entre mas l’arma’n bon lloch met y comience
a levantar en mejor parte/ el alma
(Ausias March, 44, 1-6) (cf. Lapesa, 1985: 62 y 152). Para la forma de
morir del poeta, imitando la que se atribuyó a Séneca, que se dejó desangrar en un
baño de agua templada, con las venas cortadas, utiliza el acusativo griego: el yo
está “desatado” (‘desangrado’) por lo que se refiere a las “venas”. En realidad,
Séneca, como comprobaremos a continuación, no murió por desangramiento, sino por
asfixia: al padecer asma, la sufrió en el baño en el que se había metido a causa
de sus vapores. La noticia del suicidio de Séneca procede de Tácito, Anales, 15, 63-65: Ella [Pompeya Paulina, esposa de Séneca] le responde asegurándole que
tiene decidido morir también, y reclama la mano del ejecutor […]. Tras esto
y de un mismo golpe se abren las venas de los brazos con el hierro. Como a
Séneca, debilitado el cuerpo por la vejez y la parquedad en el alimento, la
sangre se le escapaba lentamente; se abrió también las venas de los muslos y
pantorrillas […]./ Mas Nerón, como no abrigaba un odio particular a Paulina
[…] ordena que se le impida morir […] Entretanto Séneca, como se alargaba el
lento trance de su muerte, pide a Estacio Anneo, en cuya amistad y arte
médica confiaba por larga experiencia, que le proporcione un veneno,
prevenido desde tiempo atrás […]; se lo llevó y de nada le sirvió tomarlo,
porque, al estar ya sus miembros, se cerraba su cuerpo a la acción del
tóxico. Por fin entró en un baño de agua caliente, y salpicando a los
esclavos que se encontraban a su lado […]. Acto seguido se metió en la
bañera, cuyos vapores le asfixiaron. Su cuerpo es incinerado sin funeral
alguno
(Tácito, 1980: 261-262). Séneca, pues, no murió desangrado, sino ahogado. Garcilaso pudo leer el
relato del suicido de Séneca en muchas de las vidas que circularon en el
Renacimiento, según recoge Pérez Rodríguez (2013):
especialmente, las vidas conservadas en la Biblioteca Nacional de Madrid, como el
Liber chronicarum de Harmann Schedel y Anton Koberger: [Seneca] periit ut in tepenti aqua poneret, et ibidem omnes vene eidem
aperirent donec spiritum exalaret; suaue genus mortis arbitratus mori
incisioni venarum, et ita vitam finiuit
(fol. CVr). Para otras biografías siguen siendo válidas la que ofrece el clásico
estudio de Blüher (1983: 223-230). Véanse Loci similes vv. 142-144.
BMBienvenido
Morros
145-153 Garcilaso alude a la dama valenciana,
doña Ana Girón de Rebolledo, con quien Boscán se casaría en septiembre de 1539. El
toledano debió coincidir con la pareja en septiembre de 1534, cuando pasó por la
ciudad condal, como parece deducirse en la epístola siguiente. Lo que realmente
puede estar contemplando Boscán junto a Ana desde su casa en la calle Lledó,
número 13, en Barcelona es la deleitosa playa,
porque la ciudad condal aún no tenía puerto, como así lo confirma Andrea Navagero
al escribir una carta a su amigo Giomabattista Ramusio sobre su accidentada
llegada al puerto de Palamós en abril de 1525 y por tierra a Barcelona el 1 de
mayo, refiriéndose al carácter de los catalanes y a las peculiaridades de la
ciudad, abierta al mar: E’ posta al mare, ma no ha porto. Ha un arsenal [¿las antiguas
atarazanas?], dove altre volte solevano aver buen numero de galee, ora non
ne hanno alcuna
(Navagero, 1714: 298; Morros, 2019: 467). El puerto de Barcelona se empezó a construir en 1474, pero las obras que
iban haciéndose se las llevaba un fuerte levante. Hasta 1696 no se consiguió la
construcción definitiva del puerto de Barcelona. Este contraste entre la vida
feliz del barcelonés y la infeliz del amigo se halla expresado también por
Bernardo Tasso en su elegía sexta dedicada a messer Nicolò Grazia: Tu rimarrai nel tuo lito nato,/ ne la tua patria aventurosa e queta,/
ov’è di gravi noie eterno oblido
(115, 7-9). La diferencia entre ambos textos está en que el castellano envidia a su
amigo por estar acompañado de su dama y el italiano hace otro tanto con el suyo
por tener que dejar la compañía de cultos amigos. La hermosa
llama de Ana Girón que inspira a Boscán parece corresponderse con
unos versos de su cancionero petrarquista dedicados a ella: Este fuego que
ahora en mi siento/ es puro y simple
(‘sencillo’) (véase Morros, 2008, 2009). También Cosme Anisio envidia a su
hermano Giano por poder haberse quedado en su patria mientras él sigue a Marte: O felix ter et amplius/ Anysi, in gremio Parthenopes tuae,/ qui laetus
fruere otio,/ nec te tot strepitus fulminaque et minae/ Martis solicitant
neque/ Fortunae uariae et tam dubia uices/ pacem pectore dimouent./ Cui non
attonitum turba clientium/ somos impediunt graues,/ Ne coniux, agitant aut
querula nurus,/ aut iam filia nubilis,/ sed contentus agis, in tenui lare/
vivens
(Anisio, 1533, fol. 20).
Por lo que respecta a la evocación horaciana Tasso pudo hacerla a
través de Silio Itálico, Punica, 12,
35-36, donde se refiere a la ciudad a la que dio nombre la sirena
Parténope como hospitalaria del ocio de las musas y libre de preocupaciones
enojosas: nunc molles urbis ritus atque hospita Musis/ otia et exemtum curis
gravioribus aevum
. Garcilaso podía haberse basado más directamente en unos versos de Horacio
por establecer la misma comparación con el fuego que quema a su interlocutor que
el que quemó la ciudad de Troya: ureris ipse miser, quodsi non pulcrior ignis/ accendit obsessam
Ilion
(Épodos, 14, 13-14).BMBienvenido
Morros
160-165 En estos versos parece haber un
trasfondo religioso, como se deduce por un pasaje de Juan de Zabaleta, El
día de fiesta por la mañana y por la tarde: Dios, digámosle así, crió [´creó’] dos veces el mundo: una cuando lo
hizo de nuevo y otro cuando en la Redención le rehízo
(Zabaleta, 1983: 305) (Rico, 1987: 72, 3). La esperanza representada con capacidad de vuelo y caída está muy presente
en el Ovidio que lamenta su destierro en Tomis (actual Costanza): spes mihi magna subit, cum te, mitissime prínceps,/ spes mihi, respicio
cum mea facta, cadit
(Tristia, 1 1, 147-148) y cum video quam sint mea fata tenacia,/ frangor spesque levis magno victa
timore cadit
(Ex Ponto, 1, 2, 62-63). Siguiendo esa tradición Angelo di Constanzo, a quien Garcilaso conoció a
partir de 1534 en la tertulia de la isla Ichia (Torre Ávalos
2010), compuso un soneto que desarrolló semejante representación de la
esperanza: Spinta d’un generoso alto pensiero,/ talor le speme al ciel s’innalza e
sale […]/ Esce poi la ragion, scorta dal vero, e le troca in un punto il
volo e l’ale […]/ Ne dopo molto spazio in terra giace
(Rime, 7, 1-2, 5-6 y 9).BMBienvenido
Morros
166-168 Es un atributo ya clásico de la
fortuna, como, por ejemplo, en Terencio, Truculentus, 219: Actutum fortunae solent mutarier
. En estos versos del toledano podría haber un recuerdo de uno de los
sonetos de Ariosto, 43, 1-2: Voi che in regno d’amor con fe servite,/ no isperate mai nulla mercede
da l’impia sorte
; y de otro del Cariteo, Rime, 36, 1-4: Mutabile, inconstante, impia fortuna,/¿per chè con frode e arti
insidïose/ una volta mostrasti varie cose,/ or sempre ti dimostri ferma e
una
; e incluso, coincidiendo con el uso del verbo “negar”, de su amigo Boscán, 2, 59, 1-4: Ha tanto ya que mi desdicha dura,/ que en esto solo tuve mi esperanza,/
Esperé de fortuna su mudanza,/ que por mí no negara su natura
. La situación de nuestro poeta también la había expresado en términos
parecidos Garci Sánchez de Badajoz, 107, 57-60: Pues si tiene mi esperanza/ el doliente de mi mal, / por ser mi mudanza
tal,/ haré bien su mal andanza
.BMBienvenido
Morros
169-171 La metáfora amorosa la explica
Propercio: Ac ueluti primo taurus detractat aratra,/ post uenit assueto mollisat
arua iugo,/ sic primo iuuenes trepidant in amore feroces,/ dehinc domiti
post harc aequa e iniqua ferunt
Propercio, Elegías, 2, 3, 47-50.BMBienvenido
Morros
172-179 En el caso de Garcilaso, como se
puede comprobar en el v. 184,
son los celos que seguirán atormentándole vaya a donde vaya. Como nuestra elegía,
la oda de Horacio tiene dos partes: una moral (el hombre de íntegra vida) y otra
amorosa por Lálage. El toledano parece imitarlo, no tanto a la letra, pero sí en
el tratamiento del tópico de los lugares más inhóspitos del mundo: Pone me pigris ubi ulla campis/ arbor aestiva recreatur aura,/ quod
latus mundo nebulae malusque/ Iuppiter urget;// pone sub curru nimium
propinqui/ solis in terra domibus negata
(Carmina, 1, 22, 17-21). Petrarca establece tres partes, como en Horacio, pero todas habitables: la
tórrida, la glacial y la temperada: Ponmi ove’i sol occide i fiori et l’erba,/ o dove vince lui il giacchio
et la neve;/ ponmi ov’è ‘l carro suo temprato et leve,/ et ov’è cho ce’l
rende, o chi ‘l serba;/ ponmi in humil fortuna, od en superba
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 95,
1-6. Garcilaso, en cambio, parece identificar dos: la tórrida y la glacial o
inhabitable, pero sigue casi literalmente a Petrarca en el primer cuarteto: ove ‘l sole occide i fiori et l’erba,/ o dove vince lui il ghiaccio et
la neve
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 95,
1-2, donde ‘l sol ardiente […]/ en la arenosa Libia
[…],/ o adonde’l es vencido de la rígida nieve y viento frío.BMBienvenido
Morros
1-2
buen troyano / Anchises: la raíz etimológica ἄγχι de
origen prehelénico asocia al padre de Eneas con Afrodita, por lo tanto, de
καλοκαγαθία implícita ('de estatura agradable y bondad inherente'), de ahí la
tradición que hay tras el buen de Garcilaso. Anchisen [...] pater optime
Virgilio, Eneida, 3.710; también, para el aura poética: l buono Augusto [...] cantai [scil. Virgil] di quel giusto / figliuol
d’Anchise che venne di Troia
Dante, Inferno, 1, 71-74.RLRodney Lokaj
1-2 Herrera aduce un pasaje de la
Eneida y otro del Orlando furioso de Ariosto para
este pasaje: ...así introduce Virgilio en el canto 3 de su divina
Eneida a Eneas llorando la muerte de su padre en aquel lugar, donde
dice: Hinc Drepani me portus, et illaetabilis ora / accipit. Hic, pelagi tot
tempestatibus actus, / heu genitorem, omnis curae, casusque levamen, / amitto
Anchisen
(Virgilio, Eneida, 3, 707-710). (Y lo traduce así: De aquí el puerto de Trápana me acoge / y la ribera
lagrimosa y triste; / aquí, del mar con tantas tempestades / revuelto y
trabajando, ay a mi padre, / de todos mis cuidados el descanso / y de los casos
todos, pierdo Anquises
). Y el Ariosto imitandolo en el canto 4 [sic]: Per mare e la cittade, a cui commise / il pietoso figliol l'ossa
d'Anchise
(Ariosto, Orlando furioso, 4, 43, 149. (H-356).EFEugenia Fosalba
3
el Mantüano: no solo un gentilicio, también es
plausible que haya aquí una alusión al poder divino. Virgilio "el Mantuano", como
sugiere Virgilio mismo en la Eneida, provenía originalmente de una
línea de sacerdotes etruscos asentados en Mantua bajo el auspicio simbólico y
genético de su fundador, Ocnus, quien le dio a la ciudad el nombre de su madre, la
adivina Mantus. Virgilio, Eneida, 10,
198-203; mantoani per patrïa ambedui
Dante, Inferno, 1, 69. RLRodney Lokaj
10-11 Hay aquí una alusión al adagio latino, virtuti sua praemia, presente también en Séneca, De vita beata, 9, 4 (Rivers, 1981: 244). BMBienvenido Morros
10-16
virtud amiga [...] Yo voy por medio: el proverbio de
origen aristotélico, in medio stat virtus, un eco del cual se
encuentra en muchos autores entre los que se incluye a Virtus est medium vitiorum et utrimque reductum
Horacio, Epístolas, 1, 18, 9; idea desarrollada en el v.
29: de las diversidades me sostengo, también
recogida en el v. 193: diverso entre contrarios.... Véase también el v. 25 de la
Epístola a Boscán: a veces sigo un agradable
medio. Véase Comentario v. 25 de la Epístola a
Boscán) RLRodney Lokaj
19 La estrecha senda de la virtud se menciona en quam angusta porta et arta via, quae ducit ad vitam, et pauci sunt, qui
inveniunt eam!
Mateo, 7, 13-14 (‘porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y
pocos son los que la hallan’). EFEugenia Fosalba
22 Dicha figura
correctionis obtuvo particular impacto en las epístolas de Lope de Vega,
como en la dirigida a don Lorenzo van der Hamen de León: Pero advertid que dijo Garcilaso: / «Aquesta que os escribo es elegía, / y
a sátira me voy mi paso a paso». / No lo penséis así; que no querría / que
nadie presumiese mal respeto / a la divina cándida poesía
. Hay otra figura correctionis del mismo estilo al final de
la epístola a don Antonio Hurtado de Mendoza (secretario de cámara de Felipe IV): Pero, detente, pluma, que deliras /con la licencia que el amor te ha dado;
/ aunque si el genio del sujeto miras, / lo mismo que te atreve te ha
culpado
. Recuérdese también la que se filtra en la epístola a Francisco de Rioja: ¡Qué necia digresión! Mas no es dragmática / la epistolar poesía; estad
gustoso, / que ya están los paréntesis en práctica
. (Fosalba, 2019: 92-93).
31 El toledano ha podido tener en
cuenta el equivalente italiano “vado et torno”, usado ya por Muzzarelli: Or vado ora torno
Muzzarelli, Rime, 88, 7 o por Aretino: che io vado in cimbalis, e tornando en dietro
Aretino, Dialogo, 1 (1995: 233) y también por León Hebreo: e no so decidere se vado o se ritorno
Hebreo, Elegia sopra il destino, 39-40 (1929:
458).BMBienvenido
Morros
34
las horas engañando: para la sensación de engañar al
tiempo mientras se compone poesía, Quod quamvis nemo est, cuius referatur ad aures / sic tamen absumo
decipioque diem
Ovidio, Tristia, 4, 10, 113-4; de manera similar en la elegía de Castiglione Balthassaris Castilionis, qua fingit Hippolyten suam ad se ipsum
scribentem
(Lokaj, 2015: 149, 16, 34): longos decipioque dies; para una repetición de la misma idea, vv.161-162. RLRodney Lokaj
35
duro afán y grave pena: para la tradición petrarquista
de este pasaje, véase e benedetto il primo dolce affanno
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 61,
5; del bel lume leggiadro, / senza ’l qual non vivrei in tanti affanni
207, 9-10; Felice agnello a la penosa mandra / mi giacqui un tempo
43-44; et passim. RLRodney Lokaj
43-46
frίo temor [...] per mis huesos discurre [...] triste:
para el leitmotiv, Frigidus excussit percita membra tremor
Marrasio, Carmina varia, 30, 144; Obstupuit, gelidusque tremor per membra cucurrit
Aldegati Gigantomachia 3.646; Talia cernenti gelidus tremor ossa pererrat
Vespasiano, Eroticon, 2, 8, 69; Tristis erat facies [...] Obstupui, gelidusque tremor per membra
cucurrit
Castiglione, Prosopopoeia Ludovici Pici
Mirandulani, 13-15. RLRodney Lokaj
50-57
en la fragua d’amor [...] su valor esfuerza: para el
origen de lo que normalmente sería un adynaton, οὔποθ᾽ ὕδωρ καὶ πυ̂ρ συμμείξεται, οὐδέ ποθ᾽ ἡμει̂ς πιστοὶ ἐπ᾽ ἀλλήλοις καὶ
φίλοι ἐσσόμεθα
Theognis, 1245-1246 (‘Nunca seremos amigos verdaderos uno del otro así como el agua y el fuego se
mezclarán’); com’acqua ’l foco amorza
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 361,
7; et ardo, et son un ghiaccio
134, 2. RLRodney Lokaj
61-62
viva llama / en polvo y en ceniza convertido: para la
tradición, Chiusa fiamma è piú ardente
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 207,
66; Et nova flamma patet quod fuit ante cinis
Gabriele Altilio carmina, 30, 4; para la misma idea, v.190
vivo fuego. RLRodney Lokaj
94-96
Oh crudo [...] oh fiero Marte [...] endurecido: Vedi, Segnor cortese, / di che lievi cagion’ che crudel guerra; / e i cor’,
che ’ndura et serra / Marte superbo et fero
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 128,
10-13; también Boccaccio, Mavortis milex
(scil. miles = 'soldado de Marte') dirigida a Petrarca. RLRodney Lokaj
94-96
Quis Martem tunica tectum adamantina / digne scripserit
Horacio, Carmina, 1, 6, (B-87); Herrera lo recoge del Brocense, sin citarlo, y lo traduce: "¿Quién
dignamente ha de cantar a Marte / con túnica cubierto de diamante" (H-473) EFEugenia Fosalba
97
tierno amante: apri Tu, Padre, e ’ntenerisci et snoda; / ivi fa che ’l Tuo vero, / qual io
mi sia, per la mia lingua s’oda
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 128,
14-16. RLRodney Lokaj
105-106
hierro traspasado agudo y fuerte / porque me
consumiese: Y como un ciervo herido por una flecha, / con el hierro envenenado dentro
del costado, / huye, y más se duele cuanto más se apresura, / así yo, con
aquella flecha en el lado izquierdo, / que me consume y me deleita
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 209,
9-13. RLRodney Lokaj
139
este dulce error: cf. quel dolce error
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 129,
50. RLRodney Lokaj
142-144
y acabo [...] las venas... desatado (también v. 159): posiblemente constituya una
condensación del prototipo clásico de tal muerte, la de Séneca, quien, sin embargo,
primero se abre las venas para suicidarse, luego es detenido por los hombres de
Nerón, por lo que finalmente toma veneno en un baño caliente, logrando así su intento
de terminar su vida honorablemente. Para la fuente, véase Post quae eodem ictu brachia ferro exsolvunt. Seneca, quoniam senile corpus
et parco victu tenuatam lenta effugia sanguini praebebat, crurum quoque et
poplitum venas abrumpit; [...] Postremo stagnum calidae aquae introiit,
respergens proximos servorum addita voce libare se liquorem illum Iovi
liberatori. Exim balneo inlatus et vapore eius exanimatus, sine ullo funeris
sollemni crematur
Tácito, Anales, 15, 62, 64. RLRodney Lokaj
157-158
Yo, como [...] m’envía: tal vez un recuerdo del perfil
de Eneas en Arma virum cano, Troiae qui primus ab oris / Italiam fato profugus
Laviniaque venit / litora, multum ille et terris iactatus et alto / vi superum,
saevae memorem Iunonis ob iram / multa quoque et bello passus
Virgilio, Eneida, 1, 1-5. RLRodney Lokaj
168
fortuna [...] mudanza: para una summa muy leída del
concepto antiguo y renacentista de la mutación de la Fortuna, muy debatida e
integrada en las obras literarias de Maquiavelo (especialmente respecto a César
Borgia), Guicciardini y otros, especialmente con máximas de Nunc est stabile; Famam si casus dedit, eripiet; Hinc transformatio illa
ridicula clarorum adolescentium in obscuros senes
Petrarca, De remediis utriusque fortune; etc. RLRodney Lokaj
169-171
Donde [...] grave carga [...] cerviz enflaquecida?: I dolci colli ov’io lasciai me stesso, / partendo onde partir già mai non
posso, / mi vanno innanzi et émmi, ognor adosso / quel caro peso ch’Amor m’à
commesso. / Meco di me mi meraviglio spesso, / ch’i’ pur vo sempre, et non son
anchor mosso / dal bel giogo più volte indarno scosso, / ma com più me
n’allungo, et più m’appresso / [...] / di duol mi struggo, et di fuggir mi
stanco
Petrarca, Rerum vulgarium fragmenta, 209. RLRodney Lokaj
176
la arenosa Libya: volabat / litus harenosum ad Libyae
Virgilio, Eneida, 4, 256-257.
176-177
engendradora / de toda cosa ponzoñosa y fiera: Para las
famosas serpientes venenosas de Libia, consultar: sed maiora parant Libycae spectacula pestes / inpressit dentes haemorrhois
aspera Tullo, / magnanimo iuueni miratorique Catonis
Lucano, Farsalia, 805-807. RLRodney Lokaj
190-193
de este vivo fuego, en que me apuro [...] espero [...]
muero: epílogo de Petrarca a su historia de amor con Laura en Tenemmi Amor anni ventuno ardendo, / lieto nel foco, et nel duol pien di
speme; / poi che madonna e ’l mio cor seco inseme / saliro al ciel, dieci altri
anni piangendo. / [...] pentito et tristo de’ miei sí spesi anni, /che spender
si deveano in miglior uso, / in cercar pace et in fuggir affanni. / Signor che
’n questo carcer m’ài rinchiuso, / tràmene [...]
Rerum vulgarium fragmenta, 364, 1-4 et
passim. RLRodney Lokaj
Texto: O presenta un texto bastante deficiente, que debemos corregir a través de las ediciones posteriores (N, D y F). Tales enmiendas parecen hechas sobre O y no atestiguan necesariamente una tradición manuscrita. BMBienvenido Morros
5 Caesar: Caesar OCGBHT Cesar SQEJNsUIAsVDFAmAlAn
7 vamos: vanos Q
20 cierto: ciertos G
25 paso: peso E
27 lleva: leva E
31
torno: torno O voy B
B enmienda el pasaje pensando en la expresión bastante usual de
“voy y vengo”, “ir y venir en una cosa o pensamiento es dejarla un rato y volver
luego a él inconstantemente” (Covarrubias). La lectura
de la prínceps no es errónea porque Garcilaso intercambia los
términos de la expresión ‘torno y vengo”, ‘vuelvo y voy’, puesto que venir tiene
el sentido mayoritario de ‘ir’, como registra el Diccionario de
Autoridades. Véase Loci
similes v. 31.
46
yo: yo O om.
CBHTLA
Es curioso que B haya omitido de manera consecutiva los dos
pronombres de primera persona; en este caso parece incurrir en error, creo que
consciente, porque el uso de yo recalca la acción del verbo tras un
condicional rematado por otro pronombre personal, pero de proposición, que es
mí.
46 de mi bien: de mi G
47
no lo: no lo O yo no CHTLA non Q
El uso redundante de lo, que aglutina como
complemento directo de persona el condicional anterior, está documentado en la
sintaxis del Siglo de Oro (véase H. Keniston, 1937:
7-275); la eliminación de este pronombre comporta la repetición en dos
versos consecutivos del pronombre de primera persona yo, precisamente producida
por la atracción del verso anterior; no puede entenderse no lo
niego como un inciso, porque la acción del verbo afecta
directamente al verso siguiente (véase Rivers, 1981:
247).
53
le refuerza: le refuerza OCQ lo refuerza DAmH la refuerza G aun le esfuerza CBA le esfuerça B
El verbo refuerza exige el pronombre
leísta, totalmente correcto por ser el complemento directo (el
fuego) masculino, singular y de cosa, al haberlo ya usado en el
mismo verso con el verbo anterior (No le suele matar);
algunos editores, regularizan inoportunamente. Véase Loci similes v. 53
54 eminente: semejante G
64 que ha esparcido: que ha esparcido Mr que a esparzido CEJNsAsH que ha esparzido NSUIVDFGAmBAl que a esperzido O que a espeazido Q
77 eternamente: eternalmente Al
90
van: van OSBH van B ven NF veen G venden ENsUAsDAlAn
B74n enmienda el verso introduciendo una coma entre
van y de su holganza
(con que mis ojos van, de su holganza) para ofrecer una
interpretación muy genuina del verso: “y quiere decir: ‘Este temor persigue la
esperanza, y oprime el gran deseo de su holganza, con el cual deseo van mis ojos’”
(Gallego Morell, 1972: 280). B propone esta puntuación
del verso, que no hace constar en el texto (fol. 14r), porque cree que
holganza es el complemento del nombre de deseo, al
considerar que de es una simple preposición, pero no de régimen verbal
(van de su holganza). La idea de B74n es que
mis ojos se van, se marchan, con el
deseo que tienen de holganza,
palabra a la que el editor no atribuye un sentido claro: podría ser ‘deseo de
deleite’ o también ‘deseo de descanso’. Garcilaso debe usar holganza con el
sentido de ‘tranquilidad, descanso’ porque recuerda en este pasaje la
yuxtaposición entre spes y requies, que en
su caso no se alcanza por culpa del temor: la lectura más
lógica del pasaje es editar van de como un verbo con su
complemento de régimen verbal (‘se apartan de, se marchan de’, porque precisamente
es lo que hacen mis ojos con respecto a su
holganza, a consecuencia de los efectos producidos por su
temor en la esperanza y el
deseo). Esta interpretación del pasaje está confirmada
por los versos siguientes: con ellos solamente agora / veo este
dolor, y es lo que ven los ojos al haberse apartado de su
tranquilidad y descanso. García Aguilar (2020: 313)
acepta la interpretación de B, pero no pone al verso la coma correspondiente,
inducido sin duda por Morros (1995: 110). La lectura de
NF puede tratarse de un error mecánico de cajista, que inconscientemente piensa en
el agora veo del verso siguiente; y la de D de otro error
por duplografía (ven de de), que tiene como modelo NF
(ven de).
102
postrimero: postrimero UVDFAmGBHTMr postrimero UVDFAmBHT postrimer ONSQEJNsAsAlAn postrer C
A partir de D, todas las ediciones corrigen la hipermetría de
la princeps, cuya apócope de la -o podría explicarse como una
forma de evitar cierta similiter cadens con
beneficio. Cf. M. Rosso Gallo (1990:
297).
105 de hierro traspasado agudo y fuerte: de hierro traspasado y fuerte Q
111 dolor llena: dolor llena CSQEJNsUAsVFMr dolor lleva O
131 al: al O a CSFGH
148
impedimento: impedimento N impedimiento O
La forma culta, sin diptongación, parece ser la más usada ya en
el siglo XV.
149
vas eterna fama: das eterna fama G
El Brocense anota aquí: “Leo: vas, juntándolo con lo
de abajo: vas procurando” (B-88).
150 vivos escritos: vinos escritos E
153
pudo: pudo NMrJNsUAsDFBAlAnGHT puedo OCQE
Error evidente de O que se halla corregido en casi todas las
ediciones desde N: el sujeto del verbo, en efecto, no es yo, sino “troyano
encendimiento” (Rosso Gallo, 1990: 298).
157
Yo: Yo DFAmGBHMr
OCNSQEJNsUAsVDAlAn
Io, como conduzido mercenario T
La conjunción “y”, en lugar del pronombre de primera persona
Yo, conlleva una transición muy brusca entre el Tú del
verso 145 y el comienzo en este de la primera persona, que rompe la marcada
contraposición que nuestro poeta establece entre su vida y la de Boscán (Rivers, 1981: 225 y Rosso Gallo
1990:298), como hace su fuente, la elegía sexta de Bernardo Tasso:
“Grazia io ritorno […] Tu rimarrai nel tuo lito natio”. Es un evidente error que
el editor antuerpiense, afincado en Salamanca, debió corregir con la ayuda del
Brocense, del que había editado su De arte dicendi en 1558. No es
una evidencia la intervención del Catedrático de Retórica de su ciudad adoptiva,
pero puede deducirse de una parte de su dedicatoria, dirigida “Al muy ilustre
señor don Sancho de Ávila, rector de la insigne ciudad de Salamanca”: “y también
se ha ganado que lo di a corregir a hombres que lo entendían, y que de ingenio, de
libros, le han puesto de manera que parece sin encarecimiento que sale tan nuevo
como solo” (fol. 3v).
169 huir: hair O
173 el triste: el triste O en el triste SF
179 rígida nieve: frígida nieve F
187
y en el rigor del hielo, en la serena noche: y en el rigor del hielo, en la serena noche DG y en el rigor del hielo, y en la serena choche ONSUR64Ros
La hipermetría de la prínceps obliga a prescindir de la segunda
conjunción (Rivers, 1981: 256), quizá introducida por la
atracción de la primera o de la del verso siguiente (agudo y
puro); Rosso Gallo (1990: 296) acepta la
lección de O, suponiendo una posible sinalefa en ye-loyen-, nada frecuente en
Garcilaso (véase Égloga I, 171: «la manteca y el queso está
sobrado»).
191 espero: espo E
Cotejo realizado por Bienvenido MorrosBMBienvenido Morros y
Eugenia FosalbaEFEugenia Fosalba
Notas elaboradas por Bienvenido Morros.BMBienvenido
Morros
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